El Gobierno chino ha anunciado la reanudación «condicional» de las importaciones de pescado procedente de Japón en el comienzo de una política de relajación aduanera tras años de recelo por el impacto medioambiental de la catástrofe de la planta nuclear de Fukushima, cuyos productos seguirán vetados por Pekín.
La Administración General de Aduanas de China, en un comunicado publicado este domingo, anuncia la reanudación «con efecto inmediato» de la entrada de «algunos productos acuáticos originarios de Japón», con excepción de diez prefecturas: Fukushima, Gunma, Tochigi, Ibaraki, Miyagi, Niigata, Nagano, Saitama, Tokio y Chiba.
El departamento avisa que «supervisará estrictamente los productos acuáticos exportados» y si detecta que no cumplen con las leyes, regulaciones y normas de seguridad alimentaria pertinentes de mi país, o si Japón no cumple eficazmente con sus responsabilidades oficiales de supervisión, «se tomarán medidas de control oportunas para proteger eficazmente la salud y la seguridad del pueblo chino».
La prohibición impuesta por China ha sido objeto de fricciones entre las partes, que mantienen también disputas territoriales, especialmente en el mar de China Meridional, pero el Gobierno japonés ya anunció a finales del mes pasado un principio de acuerdo para reanudar finalmente las exportaciones de alimentos al país vecino.