Las autoridades de Corea del Norte han reemplazado a Kang Sun Nam, el ministro de Defensa del país, y han anunciado que procederá al cierre «permanente» de su frontera con Corea del Sur ante la «grave situación militar» en la península de Corea, en medio del repunte de las tensiones durante los últimos meses.
El nuevo titular de la cartera de Defensa será No Kwang Chol, quien ya encabezó el ministerio entre junio de 2018 y diciembre de 2019, a raíz de una decisión adoptada durante una reunión de la Asamblea Suprema del Pueblo, sin que por ahora hayan trascendido los motivos de la medida.
No fue parte de las delegaciones encabezadas por el líder norcoreano, Kim Jong Un, en sendas reuniones con el entonces presidente estadounidense, Donald Trump –en Singapur en 2018 y en Vietnam en 2019–, para abordar un posible acuerdo de paz, dado que la Guerra de Corea (1950-1953) terminó con un armisticio.
El entonces ministro protagonizó un comentado suceso cuando Trump intentó darle la mano durante los saludos en la reunión en Singapur, a lo que él respondió haciendo un saludo militar. Sin embargo, tras unos segundos de duda, ambos terminaron por darse la mano.
Por otra parte, el Estado Mayor del Ejército norcoreano ha anunciado este mismo miércoles que «cortará completamente las carreteras y los ferrocarriles» que pudieran conectar con Corea del Sur de cara a «fortificar las zonas relevantes en lado norcoreano con firmes estructuras de defensa», según ha recogido la agencia estatal norcoreana de noticias, KCNA.
«La grave situación militar que prevalece en la península de Corea exige que las fuerzas armadas de Corea del Norte adopten medidas más decididas y enérgicas para defender de manera más creíble la seguridad nacional», ha sostenido, al tiempo que ha descrito la decisión como «un paso militar sustancial» con el objetivo de «separar completamente el territorio de la República Popular Democrática de Corea, donde se ejerce la soberanía, del territorio de la República de Corea».
Así, ha alertado de que en la frontera existe «una situación crítica» en la que «cada vez hay un mayor peligro de guerra» debido a que «las fuerzas hostiles se muestran cada vez más temerarias en su histeria confrontacional y revelan abiertamente su plan de utilizar a las Fuerzas Armadas para violar la soberanía de la República Popular Democrática de Corea».
«Esto lleva la grave situación de seguridad de la península de Corea a una fase más impredecible», ha argumentado, antes de citar «las varias maniobras militares para la agresión que se llevan a cabo en la región de Corea del Sur cada día, cerca de la frontera sur con la República Popular Democrática de Corea, incluida la presencia frecuente de bienes nucleares estratégicos de Estados Unidos y que maniáticos de la guerra hablen en voz alta sobre ‘el fin del régimen’ norcoreano».
De esta forma, el Estado Mayor del Ejército norcoreano ha hecho hincapié en que «esto demuestra que la gravedad de la situación no puede ser pasada por alto». «El cierre permanente por parte de nuestro Ejército y el bloqueo de la frontera sur con la República de Corea, principal Estado hostil y enemigo principal e invariable, ante la situación actual es una medida de defensa para evitar una guerra y defender la seguridad» del país.
Por último, ha indicado que el Ejército norcoreano ha enviado un mensaje este mismo miércoles, en torno a las 9.45 horas (hora local), al Ejército de Estados Unidos «impulsado por una intención de evitar cualquier mala interpretación o conflicto accidental en torno al proyecto de fortificación que será lanzado en el área de la frontera sur», sin que Seúl o Washington se hayan pronunciado al respecto.
KIM DESCARTA UNA REUNIFICACIÓN
Las decisiones han sido anunciadas un día después de que Kim descartara que tenga intención alguna de Corea del Sur y aseguraba que renunciaba a la reunificación de la península de Corea, una cuestión que, según ha resaltado, ya «no le interesa a nadie» en Corea del Norte. «Sinceramente, no tenemos intención de atacar. Incluso pensar en ello me da escalofríos, y no quiero enfrentarme a esa gente», aseveró.
«Antes se hablaba mucho de liberar el Sur y unificarlo por la fuerza, pero ahora no nos interesa nada de eso y, desde que establecimos los dos países, tenemos aún menos conciencia de ese país», dijo, no sin antes acusar a Seúl de «seguir provocando» al Norte. Pese a ello, destacó la importancia de permanecer «atentos» a los cambios políticos que tienen lugar en las inmediaciones y lamentó el «comportamiento provocador de imperialistas estadounidenses y sus títeres.
No obstante, Kim amenazó con usar armas nucleares en caso de «ataques del enemigo», si bien ironizó con la situación: «los que no tienen ni una sola arma estratégica decente han creado un falso mando tomando prestadas las armas nucleares de sus superiores y han elogiado esta decisión como una especie de unidad y fortalecimiento de sus capacidades».
Por su parte, las autoridades de Corea del Sur acusaron a mediados de julio a Pyongyang de colocar «miles» de minas antipersona en la frontera común, en pleno aumento de las tensiones, incluido el lanzamiento de cientos de globos con propaganda y basura contra sus respectivos territorios.
Seúl reanudó además en junio las retransmisiones de propaganda mediante altavoces en la frontera por primera vez en seis años, así como sus maniobras con fuego real cerca de la frontera, al tiempo que ha llevado a cabo diversas maniobras militares conjuntas con Estados Unidos, hecho criticado duramente por parte de Corea del Norte.
Las autoridades norcoreanas han incrementado sus lanzamientos de misiles balísticos y otros proyectiles, en lo que describen como una advertencia ante las acciones de Seúl. Ambos países siguen técnicamente en guerra debido a que la Guerra de Corea no finalizó con un acuerdo de paz, pacto que no se ha logrado concretar hasta la fecha.