La piloto española de rallies Cristina Gutiérrez tiene claro que le encantaría despedirse de la categoría T3 del Rally Dakar «con una victoria», aunque el «objetivo realista» es el ‘top 3’, teniendo en cuenta que no hay otra carrera igual «en perfil de dureza», al mismo tiempo que celebró su fichaje para 2025 por Dacia, una «oportunidad ilusionante» que no le dio «vértigo».
«Es mi cuarto año en T3. Pensar en un podio no me parece tampoco un sueño, me parece algo realista. Además, me encantaría despedirme en el último año de T3 con una victoria, aunque el Dakar te tiene que tratar bien para conseguir ese resultado, pero voy a luchar por estar ahí».
La piloto, de 32 años, afronta su octavo Dakar, el último año en la categoría T3, con «uno de los mejores coches que hoy en día». «Estoy muy ilusionada por hacer cosas grandes», confesó, antes de valorar el cambio del Can-Am de Red Bull al Taurus «más tubular» semanas antes de su estreno en Arabia Saudí el 5 de enero.
«Me apetece el cambio porque últimamente, sobre todo en este último año que hemos compartido el Campeonato del Mundo entre el Taurus y el Can-Am, me he visto que el coche rinde superbien y es supercompetitivo. Veremos a ver qué tipo de Dakar nos encontramos y si le favorece al coche», valoró Gutiérrez.
«HAY QUE TENER MUCHO RESPETO AL DAKAR»
Y la experiencia de la de Burgos -primera mujer española en terminar el Rally Dakar en coches y en ganar una etapa de la prueba- será clave para afrontar una exigente carrera. «El de 2018 fue el peor del universo para mí, fue durísimo», recordó. «Hay que tener mucho respeto al Dakar, porque aunque parezca que te va a ir bien, te puede dar un latigazo», dijo antes de analizar el recorrido de 2024.
«Espero una primera semana muy complicada de navegación, de perfil de etapa con mucha duna y esas etapas maratón, será un punto bastante de inflexión. Y la segunda semana, el perfil parecido a lo que hicimos la primera semana del año pasado, que era más piedra, más destrozar el coche y demás, que para ser la última semana, los coches ya estarán bastante tocados. Va ser duro», reconoció la piloto.
Para la española «no hay una carrera igual al Dakar en perfil de dureza», ya que en otras carreras de resistencia está «todo como más medido». «En el Dakar no sabes lo que tienes en cada metro que pasas. Es la carrera en la que los factores externos más influyen en tu resultado, por eso puedes tener una de las experiencias más duras y es lo que hace que enganche tanto, porque te pone en una situación en la que tu vida real nunca lo hace. Te vas superando continuamente», opinó.
«LOS QUE PIDEN UN DAKAR AFRICANO ES POR NOSTALGIA, HAY QUE AVANZAR»
Por esto, Gutiérrez ve positivo el traslado del rally a partir de 2020 a Arabia Saudí, «porque las cosas van cambiando» y hay que abrir «nuevos horizontes». «Toda esta presión de que sea como el Dakar africano viene de gente que ha hecho esas primeras carreras y que tiene esa nostalgia, porque obviamente es el origen del Dakar», analizó.
«Pero tenemos que ser conscientes de que, obviamente, no va a ser nunca igual. África fue maravilloso, probablemente muy especial por el origen, es brutal la energía que sigue allí. Pero también tenemos que avanzar un poco y de abrir nuevos horizontes. Arabia Saudí nos da también unos paisajes increíbles. La nostalgia está bien tenerla como recuerdo, pero deberíamos hacer punto y aparte», agregó.
Y otro de los grandes cambios en la carrera es el aumento de la presencia femenina. «Cuando empecé en el Dakar no había ninguna mujer, y las pocas que hubo las sentía muy lejanas, casi en blanco y negro», ironizó Gutiérrez, que no sabe si es «un referente». «Pero sí que me he encontrado con muchas chicas, incluso chicos, que se pueden ver reflejados. Hay que tener ilusión y ganas e ir a por ello», comentó.
«Hace años se decía ‘este año vienen nueve mujeres’ y era noticia, y ahora eso ha cambiado, ya no es noticia, se ven mujeres pilotos, copilotos, ingenieras, mecánicas. Se trata de dar oportunidades sin mirar si eres mujer o hombre. Mientras tengamos esas puertas abiertas, seguirán entrando mujeres. No sé si se llegará al 50-50, porque es complicado, pero lo importante es que cualquier mujer o hombre que quiera entrar en la disciplina no se sienta acobardado», indicó sobre la igualdad de oportunidades.
Después de su último año en la categoría T3 en esta edición, Gutiérrez vivirá la oportunidad de competir para Dacia, equipo oficial, convirtiéndose en la segunda mujer en la historia del Dakar en afrontar un reto de esta envergadura. «En marzo del año pasado se pusieron en contacto conmigo y me contaron un poco el proyecto y la verdad ha sido todo muy ilusionante, verme ahí entre dos cracks», valoró sobre correr junto a Sébastien Loeb y Nasser Al-Attiyah, vigente campeón en coches.
«Es algo increíble y es de agradecer y por supuesto quiero demostrarles que han apostado bien. Este año es el octavo Dakar y si no coges estas oportunidades ahora, igual no te vuelve a llegar. No me dio ni vértigo ni nada. Es uno de los mejores momentos de mi vida», admitió la burgalesa, que fue cuarta en la pasada edición en esta categoría de ligeros.
Finalmente, la española intentó adivinar cuál será el futuro sostenible del Dakar, reconociendo que Audi «se arriesgó» al competir con un coche eléctrico, algo que era «imposible hace 5 años». «Pero ahora con los biocombustibles hay alternativas más realistas. Lo importante es ir cambiando cosas. Aunque Audi se ha visto poco apoyado. Dacia también llevará biocombustibles, es un buen momento para invertir ahí. Pero hay tiempo, hasta el 2035», zanjó sobre el límite que puso la organización para convertirse en una carrera sostenible.