El Gobierno de Estados Unidos ha nombrado a Erica Barks-Ruggles como nueva representante del país ante la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en la que se reintegró la semana pasada, seis años después de que el expresidente Donald Trump provocara su salida de la misma.

El Departamento de Estado estadounidense ha indicado en un comunicado publicado en su página web que Barks-Ruggles fue nominada durante la jornada del 14 de julio y ha reseñado que durante 2022 encabezó las delegaciones de Estados Unidos a cuatro conferencias de la Unión Internacional de Comunicaciones (ITU), de la que fue nombrada secretaria general.

«En París, la embajadora Barks-Ruggles interactuará con la UNESCO y los estados miembro de la UNESCO para restaurar la presencia y el liderazgo de Estados Unidos en una serie de asuntos de importancia y relevancia para el pueblo estadounidense», ha remachado.

Estados Unidos se reintegró la semana pasada como miembro de pleno derecho de la UNESCO, tal y como confirmó la directora general del organismo, Audrey Azoulay, quien destacó que la organización «camina nuevamente hacia la universalidad» tras el retorno de Washington.

La medida llegó después de que los la organización decidiera el pasado 30 de junio dar luz verde a la readmisión de Estados Unidos, que financiará el equivalente al 22 por ciento del presupuesto de la organización.

A ello se sumará el pago progresivo de sus atrasos y, a partir de 2023, realizará aportaciones voluntarias para financiar programas, entre los que se encuentran los de apoyo al acceso a la educación en África, la memoria del Holocausto y la protección de los periodistas.

Trump anunció en octubre de 2017 que el país norteamericano abandonaría la UNESCO por un supuesto sesgo antiisraelí. Poco después Israel tomó la misma decisión. Washington había dejado de proporcionar fondos a la organización durante el mandato de Barack Obama, ya que Palestina se convirtió en miembro de pleno derecho.