El senador baluche Anwarul Haq Kakar ha sido finalmente el elegido para ejercer como primer ministro en funciones de Pakistán y supervisor del proceso que culminará en la celebración a finales de año de las elecciones generales en el país.
La Constitución de Pakistán obliga a la designación de un jefe de Gobierno en funciones como paso siguiente a la disolución de la Asamblea Nacional, el Parlamento del país, como ocurrió el pasado 9 de agosto, una vez terminados los cinco años de legislatura estipulados.
Tras semanas de consultas, el hasta ahora primer ministro del país, Shebhaz Sharif, y sus socios de coalición han apostado finalmente por elegir a un representante de un partido minoritario como es el Partido Awami de Baluchistán, y cuya ratificación solo depende ya de la firma del presidente del país, Arif Alvi, con vistas a celebrar este próximo domingo su toma de posesión.
La designación de Kakar también cuenta con el beneplácito del llamado «líder de la oposición en el Parlamento», Raja Riaz, quien en realidad es un tránsfuga que abandonó las filas del verdadero gran partido opositor del país, el Movimiento por la Justicia de Pakistán (Tehrik e Pakistan o PTI), cuyo líder, el ex primer ministro Imran Jan, se encuentra ahora mismo detenido por delito de corrupción y ha sido apartado de la política.
Así pues, «se ha decidido finalmente que el primer ministro en funciones proceda de una provincia pequeña», ha explicado Riaz en declaraciones recogidas por el diario ‘Dawn’. «Es una decisión que responde a nuestra intención de despejar esa sensación de marginación que se respira allí», ha añadido, antes de describir al nuevo jefe interino de Gobierno como una figura «nada controvertida».
La disolución de la Asamblea Nacional ha tenido lugar tres días antes de la fecha de fin de legislatura (el 12 de agosto) para activar un mecanismo que ampliará el plazo para celebrar los comicios de 60 a 90 días.
Por ello, las elecciones generales en el país tendrán lugar aproximadamente a mediados de noviembre, de acuerdo con la mejor de las expectativas, dada la tumultuosa realidad política que atraviesa el país. De momento, nada parece indicar que el reciente nuevo censo nacional anunciado el pasado sábado vaya a cambiar el calendario, como temían algunos responsables del Gobierno paquistaní.