La Galería de Colecciones Reales expondrá después del verano ‘El Calvario’, de Rogier van der Weyden, según ha adelantado a Europa Press el director de la pinacoteca, Víctor Cageao. Se trata de una obra maestra de la pintura flamenca del siglo XV, atesorada por Felipe II en El Escorial.
El lienzo, que normalmente se puede visitar en el Museo de Pinturas del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, viajará hasta la Galería ahora que la sala que alberga la obra va a ser cerrada al público, junto con otras, para su renovación, gracias a un proyecto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Cageao ha recordado que hay algunas salas del Museo que están cerradas al público «desde hace tiempo» y que el interés de Patrimonio Nacional es abrirlas, pero ha precisado que algunas salas que ahora están abiertas «se tienen que cerrar porque entran en obra».
«Mientras que estén en la obra, vamos a través ‘El Calvario’ de Van der Wayden, que es una obra maestra de las colecciones reales, ligadísima a El Escorial. Queremos que sea la pieza estrella del Museo de Pintura de El Escorial. Y es donde tiene que estar, pero mientras tiene que estar oculta porque no se puede ver, la vamos a exponer en la Galería durante unos meses –ha explicado Cageao, que concreta que el cuadro estará de vuelta en El Escorial en torno a la primavera de 2026–. Estará unos meses aquí. Y ocupará un lugar muy interesante en la galería».
Rogier Van der Weyden (Tournai 1399/1400-Bruselas 1464) fue, junto a Jan van Eyck, el pintor más importante de los Países Bajos durante los años centrales del siglo XV y su influencia se hizo sentir de forma decisiva en numerosos artistas del momento e incluso hasta bien entrado el siglo XVI.
‘El Calvario’ es un cuadro de grandes dimensiones (244 cm x 193 cm) que está configurado por trece paneles de roble sobre los que se asienta la preparación y la capa pictórica. Además, es una de las historias más documentadas. A partir de su llegada a España, en un primer momento Felipe II decide su instalación en la capilla del Palacio del Valsaín (cerca de Segovia), antes de su traslado definitivo a su recién creado Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, donde figura entregado oficialmente en 1574, instalada en el altar mayor de la Sacristía de El Escorial.
Allí permaneció hasta la reorganización decorativa de la sala por parte de Diego Velázquez en 1656, pasando a presidir la Librería del Coro, hasta que a finales del siglo XIX, se redescubrió su importancia y se trasladó a la zona de visita del Monasterio de El Escorial.
La última restauración del lienzo tuvo lugar en 2011 a partir de una colaboración entre Patrimonio Nacional y el Museo del Prado con el objetivo de devolverle su verdadero aspecto. Con esta restauración, que duró dos años y medio, se devolvió al cuadro una nueva lectura crítica de la obra, al poderse confirmar la verdadera destreza técnica del pintor. Tras el trabajo, el lienzo fue expuesto en el Museo del Prado. Se trata de una de las escasas obras del artistas autentificadas por un documento de archivo.