El grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) se ha hecho en las últimas horas con el control de la ciudad congoleña de Kitshanga, en la provincia de Kivu Norte (este), tras varios días de enfrentamientos con el Ejército de República Democrática del Congo (RDC).
«Sí, controlamos Kitshanga y sus barrios», ha dicho Willy Ngoma, portavoz militar del grupo, en declaraciones a la cadena de televisión británica BBC poco después de que la emisora congoleña Radio Okapi informara de la entrada de los rebeldes en la localidad.
Fuentes citadas por la emisora han indicado que parte de la población se ha desplazado a la base de la Misión de Naciones Unidas en RDC (MONUSCO) en busca de seguridad, en medio de los recientes avances del M23 ante el repunte de los combates en la zona.
Las autoridades congoleñas, que han denunciado que el M23 no procedió a completar su repliegue en las fechas fijadas en la minicumbre de Luanda –en la que participaron los presidentes de RDC y Ruanda, Félix Tshisekedi y Paul Kagame, respectivamente– y lanzó operaciones en la zona, no se han pronunciado por el momento sobre la situación en Kitshanga.
Por su parte, la MONUSCO condenó el jueves «la ofensiva militar del M23 en el territorio de Masisi» y cifró en 450 personas, «entre ellas mujeres y niños», los desplazados que e han refugiado en su base en Kitshanga.
«Nuestros ‘cascos azules’, que los protegen físicamente, han dado además asistencia inmediata en forma de tiendas, alimento, agua y primeros auxilios», señaló en su cuenta en la red social Twitter, donde pidió a los rebeldes «cesar todas las hostilidades y retirarse de las zonas ocupadas, en línea con la ‘hoja de ruta’ establecida en el comunicado final de la minicumbre de Luanda».
El grupo rebelde acusó el jueves a RDC de «crear» el caos a través de la «externalización del conflicto» y ha reiterado sus denuncias sobre el uso de «mercenarios» por parte de Kinshasa, al tiempo que acusó a la MONUSCO de ser el «pilar» de las fuerzas gubernamentales y sus milicias aliadas.
«El M23 condena el continuo bombardeo contra zonas densamente pobladas por parte de la coalición con ayuda de la MONUSCO. El M23 sigue defendiéndose de forma profesional y protegiendo a la población civil y sus pertenencias y no escatimará esfuerzos a la hora de hacer frente a la amenaza, venga de donde venga», dijo.
El grupo publicó a última hora del jueves un comunicado denunciando que RDC «prepara un genocidio en Ituri, Kivu Norte y Kivu Sur». «Desafortunadamente, lo peor y lo más temido está pasando bajo los ojos vigilantes del mundo», manifestó el portavoz del ala política del M23, Lawrence Kanyuka.
«Hay en marcha un genocidio contra los tutsis congoleños en Kitshanga, Burungu, Kiloliwre y sus alrededores por parte de la coalición del Gobierno de RDC y su máquina de matar, las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR)», subrayó. Las FDLR son un grupo armado rebelde fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de 1994 en Ruanda.
«Por ello, el M23 se ve obligado a intervenir y detener otro genocidio en la región de los Grandes Lagos de África, ya que el mundo fracasa a la hora de dar asistencia a una comunidad bajo la amenaza de la exterminación», zanjó Kanyuka, quien recordó así el genocidio de tutsis en Ruanda.
RUANDA DICE QUE DEFENDERÁ SU TERRITORIO
Por su parte, el ministro de Exteriores ruandés, Vicent Biruta, aseguró el jueves durante una comparecencia ante el Parlamento que Kigali está preparado para defender su territorio, después de disparar el martes contra un avión militar congoleño que supuestamente había irrumpido en su espacio aéreo, una acusación rechazada por Kinshasa.
«Cuando tuvo lugar el incidente más reciente, las Fuerzas Armadas ruandesas hicieron algo al respecto. Abrieron fuego contra el caza. Resultó dañado, pero pudo volver a RDC», manifestó, al tiempo que acusó a las autoridades congoleñas de «provocar» a Kigali e «intentar arrastrar a Ruanda a una guerra», según ha recogido el diario ruandés ‘The New Times’.
«Tenemos la voluntad de hacer algo, pero también tenemos que estar preparados. No sabemos lo que otros están planeando. Si fuera necesario, nuestra seguridad y soberanía serán protegidas como debe ser», dijo, al tiempo que «cuando hablan sobre la soberanía de RDC y sobre que su territorio no debe ser violado parece que es el único país que tiene un territorio que debe ser soberano».
En este sentido, Biruta manifestó que «cuando uno quiere que su territorio sea respetado, debe respetar también a otros», al tiempo que incidió en que «la soberanía de Ruanda y la inviolabilidad de su territorio deben ser respetadas por todos». «Tenemos que estar preparados, por si fuera necesario», reiteró.
Asimismo, rechazó nuevamente las acusaciones de Kinshasa sobre su presunto apoyo al M23 y ha desvelado que las autoridades ruandesas han trasladado en varias ocasiones a RDC que el M23 «no ataca desde Ruanda». «Los que huyeron a Ruanda –durante el conflicto entre 2012 y 2013– siguen aquí. Podemos mostrarles dónde está, pero no quieren escuchar», zanjó.
EL CONFLICTO CON EL M23
El M23 es un grupo rebelde formado principalmente por tutsis congoleños y que opera principalmente en la provincia de Kivu Norte. Tras un conflicto entre 2012 y 2013, RDC y el grupo firmaron en diciembre un acuerdo de paz. En dichos combates, el Ejército de RDC contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas.
El grupo lanzó una nueva ofensiva en octubre de 2022, recrudecida a partir de noviembre, lo que ha provocado una crisis diplomática entre RDC y Ruanda por su papel en el conflicto. Expertos de la ONU apuntaron en diciembre a la existencia de «pruebas sustancias» sobre una «intervención directa» del Ejército ruandés en el conflicto.
Igualmente, destacaron una colusión entre el Ejército congoleño y varios grupos armados, incluidas las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) y los mai-mai, para combatir al M23, incluida la propuesta de grupos armados de «movilizar a 600 combatientes» para reforzar las filas de las Fuerzas Armadas.
Ruanda ha acusado a RDC de apoyar a las FDLR y de utilizar a las milicias mai-mai –milicias nacionalistas congoleñas formadas para defender su territorio tribal frente a los numerosos grupos rebeldes activos desde los noventa– en el marco del conflicto. Asimismo, ha denunciado discriminación y actos de odio contra la minoría tutsi en el país vecino.
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