Paco Rodríguez, el hijo del humorista Arévalo, ha recordado este jueves que su padre, que falleció ayer a los 76 años, «siempre vivió para sacar una sonrisa» y, por ello, espera que «todo el mundo lo recuerde como la persona alegre, divertida, simpática» que era, «capaz siempre de tener una sonrisa para cualquiera».
En el tanatorio de la Avenida de los Naranjos de València, donde familiares y amigos se están acercado este jueves a dar el último adiós al cómico, Paco ha contado que la muerte de su padre ha sido muy «repentina», en cuatro días, ya que parecía que tenía gripe, respiraba mal –ya había pasado el coronavirus– y fue empeorando.
«No comía, estaba mareado… Ayer entré varias veces a llevarle zumo y otras cosas y la última vez ya no me contestó, nos había dejado», ha explicado. Están esperando a que les confirmen si la causa de la muerte fue una autopsia.
El hijo del cómico ha recalcado que su padre fue un «referente en todos los aspectos» –trabajaron juntos «muchísimos» años– y que les ha dejado a él, a su hermana Nuria, y a toda la gente que lo quería, que son «muchos», un «vacío enorme».
Al respecto, ha recalcado que era «un hombre, dentro de la profesión, muy querido, muy respetado y muy amigo de sus amigos y de todos los artistas», de los que ya está recibiendo llamadas de pésame y que este viernes asistirán al funeral porque «una persona como él merece estar arropado en estos momentos».
Paco, que ha reconocido que su padre también vivió con «mucha presión y con críticas», ha destacado que «se ha ido tranquilo y ya está descansando». «Que cada uno que lo recuerde como quiera, yo sé perfectamente cómo lo recordamos nosotros», ha señalado.
«MÁS ALLÁ DE NUETSRAS FRONTERAS»
Al tanatorio se ha acercado el vicepresidente de la Generalitat y conseller de Cultura, Vicente Barrera, que ha realtado que Árevalo ha sido «un referente de la cultura valenciana: ha sido torero, ha sido actor, ha sido cómico». «Ha tenido una vida y una vida artística pues muy amplia y ha llevado pues el nombre de nuestra Comunidad, de nuestra Valencia por todos los rincones, no solo de España, sino también más allá de nuestras fronteras», ha realtado el también extorero.
Barerra ha señalado que la muerte del cómido ha sido algo «inesperado» –se enteró ayer por la noche– y ha apuntado que cenó con él hace solo 15 días porque mantenían una amistad personal. «Era un personaje a nivel personal muy cariñoso, muy cercano y creo que todos los valencianos le vamos a echar de menos», ha señalado el vicepresidente.
Por ello, ha señalado que no descartan rendirle un homenaje, pero ha apuntado: «El homenaje lo hacemos todos los días, recordando no solo a Árevalo, sino a todos los grandes del arte y de la cultura valenciana.
El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, también se ha despedido del humorista con un mensaje en la red social X: «Se va un hombre divertido, afable y amante de la Comunitat Valenciana. Mis condolencias a la familia y amigos cercanos. Descansa en paz». Otros de los amigos que se han acercado al tanatorio e las primeras horas de este jueves han sido el torero El Soro, el actor Carlos Castillo o el vidente Rappel.
Arévalo nació en Madrid el 2 de septiembre de 1947 aunque se crió en el municipio valenciano de Catarroja y ha estado toda su vida vinculado a la Comunitat Valenciana. Comenzó sus primeros pasos en el mundo del espectáculo en los años 70 como miembro de El Bombero Torero, un show cómico taurino.
Más tarde, inició una carrera como humorista y actor cómico que le llevó a participar en varias películas, series y obras de teatro. En 1983 alcanzó mayor popularidad cuando apareció semanalmente en el concurso televisivo ‘Un, dos, tres, responda otra vez’ y, años más tarde, Antena 3 le cedió un espacio propio con ‘Arévalo y Cía’. Además, en los últimos años participó en series y como colaborador en programas de televisión.