El grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) ha achacado al Ejército de República Democrática del Congo (RDC) el ataque ejecutado durante el fin de semana contra un helicóptero de la Misión de Naciones Unidas en RDC (MONUSCO), que se saldó con la muerte de un ‘casco azul’.
El M23 ha indicado en un comunicado que Kinshasa «se ha distanciado de las conclusiones» de la cumbre celebrada el sábado por líderes regionales y ha fijado «nuevas condiciones para un alto el fuego», en medio del repunte de los combates en el este del país africano.
«La decisión del Gobierno de RDC se vio materializada sobre el terreno con sus disparos contra un helicóptero de la MONUSCO, algo habitual cuando están perdiendo en el campo de batalla», ha dicho, antes de apuntar a un incidente similar en marzo de 2022.
Así, ha manifestado que «la MONUSCO, que aún no ha publicado las conclusiones de sus investigaciones (sobre el incidente del año pasado), sabe demasiado bien que este ataque tuvo lugar fuera de las zonas controladas por el M23».
«Al atribuir la responsabilidad del citado ataque al M23 (…), el Gobierno de RDC sigue empujando de forma consciente a la MONUSCO a que apoye su vía belicista contra el M23», ha dicho el portavoz del ala política del grupo, Lawrence Kanyuka.
En este sentido, ha denunciado nuevos ataques contra «posiciones del M23» en Masisi durante la jornada del lunes y ha argumentado que «reflejan claramente la decisión de RDC de ignorar las resoluciones» de la cumbre celebrada en la ciudad burundesa de Buyumbura.
«La continuación de los asesinatos de tutsis, la destrucción y saqueo de propiedades de los tutsis por parte de subordinados del Gobierno de RDC en la ciudad de Goma es la prueba definitiva de que el Gobierno sigue creando el caos, en lugar de promover la paz y la estabilidad», ha explicado.
Kanyuka ha dado las gracias además a la Iglesia católica por su «acto de valentía» al acoger en un monasterio en Masisi a 400 personas que «escaparon de asesinatos selectivos y de un genocidio en marcha». «Nuestro movimiento implora a nuestros compatritas que sigan rechazando esta ideología maligna y que sigan el ejemplo del monasterio católico de Mokoto», ha zanjado.
El M23 es un grupo rebelde formado principalmente por tutsis congoleños y que opera principalmente en la provincia de Kivu Norte. Tras un conflicto entre 2012 y 2013, RDC y el grupo firmaron en diciembre un acuerdo de paz. En dichos combates, el Ejército de RDC contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas. El grupo lanzó una nueva ofensiva en octubre de 2022, recrudecida a partir de noviembre, lo que ha provocado una crisis diplomática entre RDC y Ruanda por su papel en el conflicto.
Ruanda ha acusado a RDC de apoyar a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) —un grupo armado rebelde fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de 1994 en Ruanda– y de utilizar a las milicias mai-mai –milicias nacionalistas congoleñas formadas para defender su territorio tribal frente a los numerosos grupos rebeldes activos desde los noventa– en el marco del conflicto. Asimismo, ha denunciado discriminación y actos de odio contra la minoría tutsi en el país vecino.
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