La artista Sandra Gamarra y el comisario Agustín Pérez Rubio han presentado este miércoles 14 de febrero ‘Pinacoteca migrante’, el proyecto del Pabellón de España para la Bienal de Venecia que busca «quitar las gafas del eurocentrismo» que al entender de los responsables hay en los museos, a pesar de asumir que puede haber críticas a la propuesta.
«Ojalá que haya críticas porque es el momento y el lugar: el arte sigue siendo un espacio seguro en el que todavía se puede dialogar y diferir y, si aquí no se puede tener un desencuentro, ya no sé dónde», ha explicado Gamarra en rueda de prensa al ser preguntada por posibles críticas como ya tuvo su exposición ‘Buen Gobierno’ en la Sala Alcalá 31 de Madrid y que también estaba alineada con una mirada descolonizadora del arte.
En este caso, la propuesta de Gamarra y Pérez Rubio gira en torno a convertir el pabellón español en una pinacoteca histórica de arte occidental donde la artista nacida en Perú rehace alguna de las obras más destacadas de museos españoles –principalmente pintura–, con «pequeños detalles que rompen la narración» tradicional de las pinacotecas.
Por ejemplo, Gamarra ha hablado de un bodegón de Zurbarán en el que se fija en el búcaro mexicano (un tipo de vasija) «como sinónimo de poder y lugar que ocupaba España en el mundo». También habrá obras de otros museos como el del Thyssen (paisajes de Frederic Edwin Church u obras de Frans Hals), la revisión de facsímiles de ilustraciones de la Real Expedición Botánica al Reino de Nueva Granada, además de otras piezas de museos provinciales.
Asimismo, también incluirá objetos precolombinos o esculturas –«aquí en España nadie sabe quienes son las personas representadas allí, pero en América sí conocen quiénes son Hernán Cortés o los diferentes Reyes», ha cuestionado el comisario español–. Pese a estar dividida en seis apartados, han reiterado que «no habrá espacios diferenciados» y la idea es la de un museo «total».
PLANTAS ‘INVASORAS’
Un patio central con los accesos habituales del pabellón cerrados –para conseguir un recorrido circular– sirve de colofón al ‘museo migrante’, con una suerte de «jardín de las culturas que no se pueden encontrar en los museos». Por ejemplo, Gamarra ha incluido plantas ‘invasoras’ de América, Filipinas o Asia, para simular «ecosistemas que son difíciles de controlar».
Gamarra ha explicado que no se trata de apuntar únicamente a la herencia artística transmitida por los museos españoles, sino que engloba la visión europea de las pinacotecas. «Los museos cargan con una verdad que parece que solo hay una, incluso a mí me ha pasado porque sigo siendo una artista occidental y mis formas son españolas», ha afirmado.
En este caso, ha reconocido que, como artista, «ha sido delicado tocar estos asuntos sin pertener a la cultura originaria de la que habla». La propia Gamarra ya explicó en una entrevista con Europa Press cuando se dio a conocer parte de su proyecto que en el caso de la descolonización de los museos es «necesario revisarlo todo» y, en muchos casos, «dar un paso atrás».
«No puede ser más cierto aquello de que incluso lo que pensábamos que estábamos haciendo bien, no lo era. Creo que desde esa humildad se puede revisar todo y, de hecho, creo que es necesario revisarlo todo», señaló, explicando además que esto es algo que «en general, deberían hacer todos los museos».
En este sentido, puso como ejemplo al Museo Nacional de Antropología en España con la decisión de retirar cuerpos humanos de sus instalaciones. «Es algo simbólico, pero al retirar cuerpos humanos hay un paso hacia atrás, necesario, porque a veces pensamos que tenemos que ir siempre hacia delante», apuntó entonces.
LAS «GAFAS EUROCENTRISTAS»
Pérez Rubio ha reiterado que el objetivo de este pabellón es el de «empujar a migrar» el concepto de pinacoteca desde la época colonial, «pensamientos que muchos museos ya están empezando a abordar». «Hay que analizar cómo las gafas del eurocentrismo nos han hecho ver agendas específicas y hay que tener la capacidad crítica para asumirlo», ha remarcado.
El Pabellón de España en la Bienal de Venecia cuenta con un presupuesto de 400.000 euros para este año, en colaboración entre AECID y Acción Cultural Española. Santiago Herrero, director de Relaciones Culturales y Científicas de la AECID, ha reconocido que esta cantidad se ha quedado «desfasada» debido al encarecimiento de los costes tras la pandemia, por lo que se estudiará subirlo en próximas convocatorias.