Los parlamentarios de Líbano han fracasado por décima vez a la hora de elegir al nuevo presidente del país, en medio de un vacío en el cargo que se extiende desde el 31 de octubre, cuando expiró el mandato de Michel Aoun, en medio de las profundas diferencias entre los distintos bloques políticos.
El Parlamento libanés, dividido entre el bloque encabezado por el partido-milicia chií Hezbolá y sus opositores –sin que ninguno cuente con una mayoría clara–, ha celebrado una nueva sesión que ha estado marcada por el boicot del Movimiento Patriótico Libre (FMP) de Aoun.
Nuevamente, el candidato más votado ha sido Michel Muauad, quien ha obtenido 38 apoyos en la primera ronda de votación, en la que han participado 109 de los 128 parlamentarios. Sin embargo, la sesión ha sido levantada después de que una mayoría de diputados se retirara antes de la segunda votación, provocando la pérdida del quórum.
Hezbolá ha expresado su rechazo frontal a la candidatura de Muauad argumentando que es una figura cercana a Estados Unidos. Por detrás han quedado el historiador Isam Jalifé y el exministro Ziad Barud.
El creciente malestar en el seno del Parlamento se ha visto reflejado esta vez en votos críticos expresados a favor de Martin Luther King o incluso con el mensaje «esto se ha convertido en una farsa», según ha recogido el portal libanés de noticias Naharnet.
Tras la votación, el parlamentario de Hezbolá Alí Fayad ha dicho que «las cifras (de voto) no significan nada». «Algunas partes creen que es una fase de transición mientras otras se lo pasan bien. No es algo serio», ha criticado en declaraciones concedidas a la cadena de televisión Al Yadid.
Por su parte, Muauad ha lamentado que «los libaneses pagan el precio de la ausencia de un presidente» y ha dicho que «lo que ha pasado, con la ligereza y el tono de broma, muestra una falta de respeto a la función política y el dolor de los libaneses», tal y como ha recogido el diario ‘L’Orient le Jour’.
«Las fuerzas de oposición deben asumir sus responsabilidades y unirse. Mientras sigamos dispersos, no podemos hacer nada», ha manifestado, antes de prometer llevar a cabo «contactos con las fuerzas políticas» y expresar su deseo de que «haya un nuevo presidente a principios de año».
El presidente de Parlamento libanés, Nabih Berri, había dicho que esperaba que la sesión derivara en un diálogo para lograr un compromiso sobre la elección del presidente, si bien la iniciativa no ha calado. Está previsto que la próxima sesión se celebre ya en 2023.
Para ser elegido, el presidente debe obtener el apoyo de dos tercios de los parlamentarios –86 de los 128– en primera ronda o una mayoría absoluta en caso de que haya que celebrar más votaciones, tal y como contempla el artículo 49 de la Constitución libanesa.
Aoun fue elegido presidente en 2016 después de casi medio centenar de sesiones parlamentarias que se prolongaron durante dos años y medio. Líbano lleva varios años atrapado en una profunda y prolongada crisis política, económica y social que ha provocado que más del 70 por ciento de la población viva por debajo del umbral de la pobreza y un sistema bancario paralizado desde octubre de 2019.
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