Los diputados de Fidesz, el partido del primer ministro de Hungría, Victor Orbán, han boicoteado en la noche de este viernes una sesión extraordinaria del Parlamento húngaro donde se iba a tratar un supuesto ciberataque al Ministerio de Exteriores del país por parte de los servicios de inteligencia rusos.
La sesión, convocada por los principales partidos de la oposición a iniciativa del diputado ecologista Bence Tordai, estaba prevista para las 20.00 horas (hora local) de este viernes, pero los diputados de Fidesz, se han ausentado calificando la iniciativa de «farsa», según recoge el medio 444. En respuesta, tres parlamentarios del partido opositor Momentum han colocado banderas rusas en los asientos escaños de los diputados del Fidesz.
La sesión pretendía confrontar al primer ministro después de que tratase de restar crédito a las informaciones publicadas por el citado portal de noticias que, a mediados de mayo, apuntaba a los «servicios secretos militares y civiles de Rusia» como responsables de un «ciberataque generalizado contra los sistemas del Ministerio de Asuntos Exteriores húngaro».
Según las investigaciones, los servicios de inteligencia rusos pudieron robar «datos inestimables de los aviones del Ministerio de Asuntos Exteriores desde el punto de vista de la seguridad nacional». Además, el medio asegura que el Ministerio era consciente de ello.
«Intentar acceder a datos ajenos es algo cotidiano en todos los Estados, y Hungría no es una excepción», señaló el líder nacionalista en declaraciones al portal Blikk. «De norte a sur, de este a oeste, hay constantes intentos de intromisión», añadió.
No es la primera vez que los medios húngaros informan de ataques informáticos por parte de Rusia. En marzo de 2022, poco antes de las elecciones legislativas, el portal Direkt36 apuntó a otra infiltración de servicios rusos en los sistemas del Ministerio de Exteriores un año antes. Unas informaciones que el partido de Orbán calificó como «mentiras de campaña».
A principios de mayo, varios países de la Unión Europea y de la OTAN denunciaron una campaña rusa de ciberataques contra partidos políticos e instituciones en Alemania y República Checa, avisando de que tomarían medidas para responder a las amenazas orquestadas por el Kremlin.