El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha anunciado este lunes su disolución y el fin de la lucha armada, una decisión adoptada en el congreso celebrado la semana pasada por el grupo tras el histórico llamamiento por parte de su encarcelado líder, Abdulá Ocalan, a favor de dar este paso, en medio de los esfuerzos para lograr un acuerdo de paz con el Gobierno de Turquía.
«El 12º Congreso del PKK ha decidido disolver la estructura organizativa y poner fin a la lucha armada, en el marco del proceso práctico que será gestionado y encabezado por nuestro líder ‘Apo’ –apodo de Ocalan que significa ‘tío’ en kurdo–«, ha dicho el grupo en un comunicado, según ha recogido la agencia kurda de noticias Firat, vinculada a la formación.
Así, ha recalcado que el congreso ha decidido «poner fin a los trabajos llevados a cabo en nombre del PKK», antes de destacar que la decisión deriva de la estimación de que «la lucha del PKK ha roto la política de negación y aniquilación contra nuestro pueblo, llevando el asunto kurdo a un punto en el que puede resolverse a través de la política democrática».
«En este sentido, se ha completado la misión histórica del PKK», ha sostenido, al tiempo que ha hecho hincapié en que el congreso pudo celebrarse «de forma segura, a pesar de las difíciles condiciones por la continuación de los enfrentamientos y la continuación de los ataques terrestres y aéreos», así como «el cerco a las zonas (bajo control del PKK) y el embargo por parte del Partido Democrático del Kurdistán (PDK)», en referencia al partido gubernamental en la región del Kurdistán iraquí.
El PKK ha subrayado que en el congreso participaron 232 delegados y ha ensalzado que en el mismo «se han adoptado decisiones históricas que marcan el inicio de una nueva era para el movimiento por la libertad», antes de defender que durante estos años de operaciones «llevó a cabo una lucha legítima y justa» basada en «el derecho de autodeterminación».
«El PKK fue delineado en unas condiciones dominadas por una estricta negativa de lo kurdo y políticas de aniquilación, genocidas y de asimilación», ha resaltado el grupo, que ha manifestado que la lucha armada iniciada en 1978 busca «establecer la existencia kurda y ver el asunto kurdo como una realidad fundamental en Turquía».
«Como resultado de la lucha llevada a cabo de forma exitosa a partir de esta base, se materializó una resurrección de la revolución en nombre de nuestro pueblo y (el PKK) se convirtió en el símbolo de esperanza y libertad, así como en la búsqeuda de una vida honorable para los pueblos de la región», ha señalado.
El grupo ha recordado que, ya en los años noventa, Ocalan anunció un alto el fuego para iniciar un proceso de paz, si bien ha argüido que el mismo fue «saboteado» con la «eliminación» del entonces presidente turco, Turgut Ozal, lo que derivó en que las autoridades turcas «recrudecieran la guerra al insistir en la política de negación y aniquilación de los kurdos».
«Miles de aldeas fueron evacuadas y quemadas. Millones de kurdos fueron desplazados de sus hogares, decenas de miles fueron torturados y encarcelados y miles fueron masacrados sin motivo. En respuesta, en movimiento de la libertad creció de forma cuantitativa y cualitativa y la guerra de guerrillas se propagó por el Kurdistán y Turquía», ha explicado.
Así, ha sostenido que, en esta etapa, «la guerra se convirtió en la opción básica para ambas partes», lo que provocó que «los esfuerzos de ‘Apo’ para resolver el problema kurdo a través de métodos democráticos y pacíficos no fueran fructíferos», una situación que se ahondó con el encarcelamiento de Ocalan en 1999 en una prisión en la isla de Imrali.
LA POSTURA DE OCALAN
El grupo ha resaltado que, a pesar de que su líder fue encarcelado «en absoluto aislamiento», mantuvo desde prisión «su insistencia en resolver el problema kurdo a través de medios democráticos y pacíficos», impulsando «un paradigma democrático, ecológico y de liberación de las mujeres», a través del modelo impulsado por Ocalan en sus textos, conocido como confederalismo democrático.
«Tomando como referencia el periodo anterior al Tratado de Lausana y la Constitución de 1924, en la que las relaciones kurdo-turcas se convirtieron en problemáticas, el líder ‘Apo’ adoptó la perspectiva de la República Democrática de Turquía, en la que la patria común y los pueblos kurdo y turco son los elementos fundadores», ha argumentado.
«Las rebeliones kurdas que se han sucedido durante la historia de la República, los mil años de relaciones históricas entre kurdos y turcos y los 52 años de lucha del líder han demostrado que el problema kurdo sólo puede ser resuelto a través de la base de la patria común y la igualdad en la ciudadanía», ha defendido.
En este sentido, ha incidido en que «los actuales acontecimientos en Oriente Próximo, en el marco de una tercera guerra mundial, hacen inevitable el reconocer las relaciones kurdo-turcas», antes de adelantar que el «honorable» pueblo kurdo, «que participó en la marcha de 52 años del líder sufriendo un gran coste y resistiendo las políticas de negación, aniquilación, genocidio y asimilación, abrazará la paz y el proceso democrático de forma consciente y organizada».
«Tenemos una fe absoluta en que nuestro pueblo entenderá mejor que nadie la decisión de disolver el PKK y poner fin a la lucha armada y que acometerán los deberes de la lucha armada para construir una sociedad democrática», ha apuntado, antes de decir que «es de vital importancia que el pueblo establezca sus propias organizaciones en todos los sectores de la vida, bajo el liderazgo de las mujeres y los jóvenes».
DEFENSA DE LAS POLÍTICAS DEMOCRÁTICAS
Así, ha puntualizado que es necesario «organizarse para ser autosuficiente con sus lenguas, identidades y culturas para convertirse en una autodefensa frente a los ataques y construir una sociedad comunal democrática». «Creemos que los partidos políticos, las organizaciones democráticas y los líderes de opinión cumplirán su responsabilidad a la hora de desarrollar la democracia kurda y garantizar la formación de una nación kurda democrática», ha aseverado.
El grupo ha insistido por ello en que «el legado de la historia de libertad, que ha pasado a través de la lucha y la resistencia, se desarrollará con más firmeza a través del método político democrático», con el objetivo de «materializar el futuro de un pueblo que se desarrolle a partir de la libertad y la igualdad».
«La decisión de nuestro congreso de disolver al PKK y poner fin al método de la lucha armada supone un firme pilar para una paz permanente y una solución permanente», ha defendido, antes de pedir al Parlamento de Turquía que «juegue su papel, con una responsabilidad histórica», para impulsar este proceso, que pasa por la excarcelación de Ocalan –quien pidió el 27 de febrero la disolución de la formación– para que «encabece dirija este proceso».
El comunicado tres días después de que el PKK confirmara la celebración del congreso. Apenas un día antes, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, había adelantado que el grupo estaba cerca de dar este paso, tras asegurar que se habían superado «todos los obstáculos» existentes.
El Gobierno turco y el PKK ya iniciaron en 2013 un proceso de conversaciones de paz, si bien se derrumbaron en 2015 y se vieron seguidas por un estallido de enfrentamientos en las zonas de mayoría kurda en el sureste y el este del país.
Si bien el PKK formuló tras su fundación un llamamiento a la creación de un Estado independiente, en la actualidad aboga por una mayor autonomía en las zonas de mayoría kurda, parte de lo que se considera el Kurdistán histórico, que se extiende también a partes de Siria, Irak e Irán.