El primer ministro de unidad de Libia, Abdulhamid Dbeibé, ha prometido celebrar elecciones en 2023, en medio de la crisis política por el aplazamiento de los comicios en diciembre de 2021, que llevaron a la Cámara de Representantes –el Parlamento asentado en el este del país– a dar por finalizado su mandato y nombrar a su sustituto.
Dbeibé ha resaltado que 2023 será «el año de las elecciones y la unidad en las instituciones» y ha acusado al presidente de la Cámara de Representantes, Aguila Salé, y al presidente del Alto Consejo de Estado, Jalid al Mishri, de agarrarse a sus puestos.
Así, ha manifestado que Salé y Al Mishri buscan compartir el poder a través de «acuerdos sospechosos» y ha defendido la actuación de su Gobierno ante los «intentos de obstrucción», tal y como ha recogido el diario ‘The Libya Observer’.
«Hemos empezado a construir escuelas en todas partes en Libia, unos proyectos que habían sido suspendidos hace 20 años», ha recalcado, antes de incidir en que «en 2023 se completarán todos los contratos acusados previamente de corrupción».
Las palabras de Dbeibé han llegado poco más de una semana después de que el general Jalifa Haftar, alineado con las autoridades asentadas en el este del país, anunciara «una última oportunidad» para pactar un calendario para la celebración de elecciones.
Haftar ordenó en 2019 una ofensiva contra Trípoli tras meses de tensiones entre dos administraciones enfrentadas. La operación militar fue finalmente repelida gracias al apoyo de Turquía al gobierno reconocido internacionalmente, tras lo que se puso en marcha un proceso de unificación que recibió un duro varapalo tras el aplazamiento de las presidenciales.
La crisis política se agravó tras la decisión de la Cámara de nombrar a Fazi Bashaga como primer ministro al dar por finalizado el mandato de Dbeibé, quien rechazó la decisión y ha optado por mantenerse en el cargo hasta la celebración de elecciones.
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