El Partido Social Demócrata (PSD) de Portugal ha ganado este domingo las elecciones legislativas anticipadas de la región autónoma de Madeira, donde han gobernado durante cerca de 50 años, pero obteniendo su peor resultado ante las sospechas de corrupción y una segunda convocatoria electoral en menos de un año.
Los conservadores se han hecho con 19 escaños (la mayoría absoluta requiere 24 de un total de 47) al recibir el 36,1 por ciento de los votos y el Partido Socialista ha logrado once con el 21,3 por ciento. Por detrás, ha quedado Juntos Pelo Povo que ha obtenido once asientos con el 16,9 por ciento y la ultraderechista Chega cuatro escaños con el 9,2 por ciento.
También están dentro de la Asamblea los democristianos del CDS-PP, con dos diputados, e Iniciativa Popular y los animalistas del PAN, con un diputado cada uno. Fuera se han quedado el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista, según los resultados publicados por la Secretaría General del Ministerio del Interior, que apuntan a más de un 46 por ciento de tasa de abstención.
El actual presidente regional en funciones y líder del conservador PSD en el archipiélago, Miguel Albuquerque, ha reivindicado su victoria y se ha declarado disponible para gobernar con todos los partidos, si bien no ha mencionado a ninguna fuerza política concreta, ni si tiene intención de gobernar en minoría o negociar un acuerdo. «Ya veremos», ha declarado.
Además, ha afirmado que la izquierda ha sido «copiosamente derrotada por el pueblo de Madeira», destacando que además de haber ganado al Partido Socialista, «el Bloque de Izquierda y el Partido Comunista ya no forman parte del Parlamento regional», según declaraciones recogidas por la agencia de noticias Lusa.
En las anteriores elecciones regionales, el PSD y el CDS-PP se presentaron juntos y obtuvieron 23 diputados, por lo que firmaron un acuerdo con el único diputado del PAN. Tras las sospechas de corrupción, esta formación política retiró su apoyo al Gobierno.
El líder del PS en Madeira, Paulo Cafofo, se ha mostrado dispuesto a dialogar para construir una alternativa en la región, mientras que los liberales se han negado a un acuerdo con las principales fuerzas y el PAN se ha mostrado como una «fuerza constructiva» en el nuevo marco parlamentario.
El primer ministro del PSD, Luís Montenegro, ha afirmado que los votantes «no han dejado ninguna duda» de que quieren que gobierne Albuquerque, aunque el presidente de Chega, André Ventura, ha admitido entendimiento con los conservadores con la condición de que el presidente en funciones no puede seguir al frente.
A finales de marzo, el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, disolvió el Parlamento de Madeira, debido a una investigación por un caso de corrupción que hizo caer al Gobierno regional. Albuquerque dimitió después de ser declarado «sospechoso formal» por supuestos contratos irregulares, pero no disolvió la Cámara porque se celebraron comicios en septiembre y no se pueden convocar elecciones en los primeros seis meses del mandato.
Estos comicios han tenido lugar apenas meses después de las también adelantadas elecciones generales tras la dimisión del primer ministro, António Costa, por una investigación de corrupción en la que los fiscales reconocieron una «confusión», que dieron la victoria a Luís Montenegro, también del PSD.
A esta situación de inestabilidad política, se suman las recientes elecciones anticipadas en Azores, celebradas en febrero y en las que los conservadores ganaron los comicios, después de que el Ejecutivo regional no lograra sacar adelante el presupuesto de 2024.