El Tribunal Supremo de Polonia ha validado la victoria del euroescéptico Karol Nawrocki, respaldado por el partido Ley y Justicia (PiS), en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en las que se impuso al candidato oficialista, Rafal Trzaskowski.
El tribunal ha indicado en un breve comunicado que, tras la revisión del proceso por parte por parte de la Sala de Supervisión Excepcional y Asuntos Públicos, se ha adoptado una resolución «confirmando la validez de la elección de Karol Nawrocki como presidente de Polonia, celebrada el 1 de junio de 2025».
La decisión llega después de que varios fiscales argumentaran que se habían registrado falsificaciones de voto en varios colegios electorales y pidieran un recuento a nivel nacional, unas denuncias rechazadas por el PiS, que defendió la limpieza de la victoria de Nawrocki.
La Constitución polaca contempla que el Supremo tiene que validar los resultados de cara a que el vencedor tome posesión, algo que previsiblemente tendrá lugar el 6 de agosto, si bien la propia legitimidad de la citada sala del tribunal encargada de esta revisión ha sido cuestionada por tribunales europeos y expertos legales.
De hecho, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos afirmó en 2023 que este organismo no podría considerarse «independiente e imparcial», en el contexto de las críticas desde la Comisión Europea al uso partidista de la Justicia en Polonia. La comisión ha recriminado por distintas vías –también ante el Tribunal de Justicia de la UE– los recortes del Estado de Derecho en el país europeo.
Nawrocki se hizo con la victoria en la segunda vuelta de las presidenciales con alrededor del 50,9 por ciento de las papeletas, derrotando así al candidato de la gubernamental Coalición Cívica, Trzaskowski, recabó cerca del 49,1 por ciento de los respaldos, con una diferencia entre ellos de unos 369.000 votos.
El PiS forma parte del grupo Conservadores y Reformistas (ECR) encabezado en la Eurocámara por los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, lo que llevó a diversos dirigentes de la ultraderecha europea a celebrar su victoria, resaltando que supone un reconocimiento a los discursos que abogan por la soberanía nacional frente a la Unión Europea (UE).