El Departamento de Comercio de Estados Unidos ha propuesto este lunes prohibir el software y hardware chino y ruso en los vehículos conectados que circulen por el país, es decir, en la práctica se veta de las carreteras estadounidenses a los vehículos procedentes de China y Rusia.
La administración Biden teme que Pekín y Moscú puedan recopilar datos sobre conductores estadounidense o hackear de manera remota vehículos.
Esta norma permitiría a las empresas solicitar algunas excepciones a la prohibición si pudieran demostrar que están tomando medidas de mitigación, como auditorías o controles en las plantas de fabricación de coches.
«Queremos abordar estas nuevas amenazas a la seguridad nacional antes de que los proveedores, fabricantes de automóviles y componentes de automóviles vinculados a China o Rusia se vuelvan algo común y generalizado en el sector de Estados Unidos», ha asegurado la secretaria de Comercio, Gina Raimondo.
Según la hoja de ruta prevista por el Gobierno, la prohibición de software chino y ruso en coches inteligentes entraría en vigor en 2027 mientras que en el caso del hardware se haría efectiva desde 2029 en adelante.
La propuesta de este lunes es el último paso tomado por la administración estadounidense para hacer frente al creciente poder en el sector automovilístico de las marcas chinas después de que este mismo año Washington anunciara un aumento del 100% de los aranceles a la importación de coches eléctricos chinos para mitigar su impacto en el mercado norteamericano.