Este jueves 6 de junio Movistar Plus+ estrena ‘Segunda Muerte’ su nueva serie original protagonizada por Georgina Amorós (‘Élite’) y Karra Elejalde (‘Mientras dure la guerra’) y creada por Agustín Martínez (‘La caza’). Se trata de un «atípico thriller rural» ambientado en los imponentes parajes pasiegos de Cantabria en los que la aparición del cadáver de una mujer que ya fue enterrada hace varios años destapa una maraña de secretos y mentiras entre vecinos, amigos y familiares marcados por la enfermedad y la pérdida.
«Es un thriller rural, pero no por ser rural ya es atípico, sino atípico porque ahonda en los sentimientos, en las emociones», dice Elejalde. Y es que el corazón de la historia, el motor de la misma, es la díficil relación de Sandra (Amorós), una auxiliar de policía con memoria fotográfica que hace ocho años abandonó su lucrativo puesto en una multinacional para volver a su pueblo con su hijo y cuidar de su madre enferma, y su padre, Tello, un veterano agente de la UCO apodado como ‘La Montaña’ que es toda una leyenda en el cuerpo y que comienza a sufrir demencia.
«Los dos tienen una historia del pasado que les ha marcado mucho y en Sandra, mi personaje, hay mucho rencor. Además, tiene también una mente fascinante donde se acuerda absolutamente todo y eso también en este caso le juega en su contra. Es un don y una maldición», explica Amorós que adelanta cómo, desde esos lugares tan alejados, padre e hija intentarán acercarse pero cada uno desde su trinchera.
«‘Segunda muerte’ podría considerarse que es la historia de un abrazo porque es tan importante el misterio que se plantea, qué ha pasado con esa mujer y por qué aparece por segunda vez muerta, como la relación entre Tello y Sandra», explica su creador, Agustín Martínez, que asegura que este es un «un drama construido con los recursos y los giros del thriller».
«Es como una partida de ajedrez, cada escena está tan bien escrita que acaba con un jaque, bien de ella a mí o bien de mí a ella. Son todo reproches, frialdad y rencores en especie de partida de ajedrez en la que a ver quién hace más daño a quién reprochándole aquello», apostilla el actor.
El ganador de dos premios Goya explica que para reflejar la demencia de su personaje en sus diferentes niveles, acordó con los directores de la serie un «código numérico del uno al cinco» para aplicar un grado menor o mayor de esta terrible enfermedad en cada secuencia. Fue una herramienta, asegura, necesaria «para hacer una temporada con sentido y coherente» a la hora de reflejar la evolución de Tello ya que, como suele ser habitual en todas las producciones, ‘Segunda muerte’ no se ruedó en orden cronológico.
«Además, estas son enfermedades que no son degenerativas de una manera progresiva lineal, tienen altibajos, y ese era un modo que teníamos de ver qué estado de demencia tenía yo porque igual en la secuencia 17 tienes grado 3, pero en la secuencia 42 tienes grado 0», explica el actor que vivió un caso tan cercano como el de su madre precisamente mientras rodaba la serie.
«EL MIEDO A SER BORRADO»
Aunque, más allá de ajustar la interpretación de ‘La Montaña’, lo más importante tanto para el actor como para los directores y el creador de la serie era no caer en el exceso o la caricatura ni tampoco en el morbo y recrearse en el dolor, sino reflejar la enfermedad desde el «respecto absoluto» y desde el punto de vista del que la está sufriendo y su tremendo «miedo a ser borrado de su propia existencia».
«El hecho de perder tu identidad tus propios recuerdos, es decir, lo que tú has sido, dentro de tu propia existencia creo que es algo que impacta mucho. Y hay secuencias donde Karra realmente nos conmovió con ese miedo y su mirada ante el espejo», afirma Óscar Pedraza que ensalza el «magnifico» trabajo de Elejaldre cuyo personaje, Tello reacciona a la enfermedad desde «la negación y la beligerancia».
En este sentido, Alex Rodrigo, el otro director de la serie, destaca cómo la demencia del personaje de Elejalde funciona «como una especie de cuenta atrás» en la que «la clave no es que tengas que llegar a una persona secuestra porque sino va a morir, sino llegar a reconciliarme conmigo mismo y con mi hija antes de perder mi identidad». «Utilizamos ese concepto del thriller aplicado al drama y encuentras cosas nuevas muy interesantes y ángulos distintos sin caer en lo relamido o en lo excesivamente dramático», apunta.