Decenas de miles de israelíes han vuelto a las calles este sábado para manifestarse por quinta semana consecutiva en contra de la reforma del sistema judicial presentada por el Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu.
Como ha ido sucediendo desde el último mes, las calles de Tel Aviv han acogido las principales protestas pero también han tenido lugar otras congregaciones más pequeñas en las ciudades de Jerusalén y Haifa.
«Lucharemos aquí en las calles, lucharemos en la Knesset, lucharemos en los tribunales, salvaremos nuestro país, porque nos negamos a vivir en un país no democrático», ha admitido el líder de la oposición Yair Lapid en declaraciones recogidas por ‘The Times of Israel’.
Por su parte, el alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai, también presente en la marcha, afirmó que «si se acaban las palabras, empezarán las acciones». «No nos detendremos en las plazas públicas, no seremos indiferentes, no reaccionaremos con aceptación», agregó Huldai.
En Tel Aviv la protestas comenzaron con cánticos y discursos para proceder a la marcha semanal hacia la Plaza de París y, aunque el número de asistentes ha sido menor en comparación con las pasadas semanas, las inclemencias del tiempo no interrumpieron las protestas.
Según cifras recogidas por el diario ‘Haaretz’, alrededor de 40.000 personas asistieron a las concentraciones, llegando a más de 60.000 en todo el país. Hace dos semanas se dieron cita cerca de 100.000 en todo el territorio.
Los israelíes protestan contra las reformas presentadas por el ministro de Justicia, Yariv Levin, las cuales pretenden otorgar un mayor control político sobre el judicial. En este sentido, el Ejecutivo tendría control total sobre el nombramiento de los jueces, incluidos los del Tribunal Supremo; restringiría la capacidad de los tribunales para anular leyes y permitirían al Gobierno volver a legislar las leyes que hubieran sido ya anuladas con tan solo 61 de los 120 diputados del Knesset.
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