Elvira Dyangani Ose, que en julio de 2021 se convirtió en la primera mujer en dirigir el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), considera que el museo «debe ser un espacio de crítica, de reformulación de quienes somos como individuos y generador de una conciencia colectiva que nos permita cambiar el mundo».
Por ello, el museo «debe desarticular todo aquello que se interpone entre el artista, la obra de arte y el individuo que tiene la experiencia de encontrarse con ella», ya que Dyangani cree que, a veces, en su afán de interpretación, el museo oscurece el propio mensaje de la obra.
Y es que, en su opinión, el museo «tiene que ofrecer una interpretación real del contexto, pero también imaginarios futuribles, posibles, que permitan que la sociedad se vea así misma diferente»
La directora del MACBA ha hecho estas reflexiones con motivo de su participación en el X aniversario del ‘Encuentro de Coleccionismo, Arte contemporáneo y Sociedad’ que organizan cada verano en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), las asociaciones Instituto de Arte Contemporáneo IAC y 9915 Asociación de Coleccionistas Privados de Arte Contemporáneo, con el apoyo de la Fundación Banco Santander.
En este encuentro, ponentes de muy distintos ámbitos han aportado una visión amplia del panorama actual del arte contemporáneo, analizando cómo está evolucionando la relación de la sociedad con todos los agentes del sistema, ha informado la UIMP.
Dyangani (Córdoba, 1974) ha intervenido en la última de las mesas redondas del encuentro sobre arte, ‘El mensaje: la sociedad en el centro’, en la que ha defendido la función pública de los museos, apuntando que estos, además de ser una institución relevante con un valor instrumental, intrínseco y simbólico, también «deben tener un valor real para la sociedad que lo circunda, tanto para quienes se sienten interpelados por ellos o no, ya que ambos son parte de la comunidad que el museo debe tener en consideración».
A su juicio, existe también «una responsabilidad muy importante del público de responsabilizarse de qué le tiene que pedir al museo, incluso, exigir al museo, como un espacio de institución pública».
En su caso, afirma tener para el MACBA un proyecto que intenta unir las dos partes de un museo, «el poético, el del programa y el museo administrativo, prosaico» para que la institución pueda ser responsable de su propia realidad.
«El museo debe ser un espacio grande, que permita generar los escenarios utópicos, posibles, que los artistas dibujan. Siempre digo que los artistas están mejor equipados que los historiadores para contar la historia porque no lo hacen en la manera en la que se vivió, sino en la manera que se sintió y ahí es donde conectas con la sociedad», ha resaltado la directora del MACBA.