El coordinador humanitario de Naciones Unidas para República Democrática del Congo, Bruno Lemarquis, ha condenado este martes el ataque perpetrado durante el fin de semana contra un convoy humanitario de la ONG británica TearFund que dejó dos trabajadores muertos en la provincia de Kivu Norte, en el este del país africano.
«Condeno enérgicamente el ataque a un convoy humanitario el 30 de junio en la ciudad de Butembo, que provocó la trágica muerte de dos trabajadores humanitarios. En nombre de la comunidad humanitaria, extiendo su más sentido pésame a las familias, amigos y compañeros de las víctimas», reza un comunicado.
Lemarquis, que ha subrayado que este ataque se ha producido en «un contexto de escalada de violencia extremadamente preocupante en la provincia», que «pone en peligro el trabajo y la vida de los trabajadores humanitarios, ha recordado que «los trabajadores humanitarios no son objetivos, como tampoco lo son las poblaciones civiles», razón por la que ha pedido garantizar su seguridad y protección e identificar a los responsables de las acciones para que sean llevados ante la justicia.
«En un momento en que las necesidades humanitarias son inmensas, es inaceptable que quienes se esfuerzan por ayudar a los afectados sean atacados y asesinados. Estos ataques contra trabajadores y bienes humanitarios son absolutamente reprensibles. Amenazan la vida de nuestros equipos y privan a muchos civiles congoleños de la asistencia vital que necesitan desesperadamente para sobrevivir», ha agregado.
Desde principios de año ha registrado más de 170 incidentes de seguridad que han tenido como objetivo directo a los trabajadores humanitarios, causando al menos cuatro muertos y 20 heridos. A esto se suma el secuestro de más de una decena de trabajadores humanitarios en la primera mitad de 2024. «Estos ataques, que constituyen una grave violación del Derecho Internacional Humanitario, tienen un impacto devastador en el acceso humanitario y la capacidad de las organizaciones humanitarias para brindar asistencia vital a las poblaciones necesitadas», ha manifestado.
Asimismo, ha hecho un llamamiento a todas las partes del conflicto para que asuman sus responsabilidades «y pongan fin a esta espiral de violencia que obstaculiza nuestra capacidad de ayudar a quienes más lo necesitan». «Es hora de que todos los actores implicados, así como aquellos que tienen influencia en las partes en el conflicto, trabajar juntas para una inmediata reducción de la violencia y un retorno al diálogo político para encontrar una solución duradera al conflicto», ha concluido.
Por su parte, la ONG ha indicado que su prioridad es brindar apoyo a las familias de los fallecidos durante «este momento increíblemente difícil», mientras que trabajan con las autoridades locales para garantizar la seguridad y protección del personal restante en el país.
«Estoy completamente devastado por las recientes muertes de dos de nuestros trabajadores humanitarios en República Democrática del Congo. Nuestro personal trabaja desinteresadamente para ayudar a las comunidades que viven en la pobreza. Esta noticia es una gran conmoción para todos nosotros», ha declarado el director ejecutivo de Tearfund, Nigel Harris.
En la víspera, fuentes locales consultadas por el portal de noticias congoleño Actualite apuntaron al fallecimiento de los dos miembros de la ONG y de un soldado congoleño, agregando que se desconocían las circunstancias del ataque, si bien los autores sería un grupo de jóvenes que actuaban como patrulleros.