Naciones Unidas ha lamentado este martes que los civiles «pagan el precio más alto» del conflicto en Sudán tras el ataque perpetrado en la víspera por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) contra un campamento de desplazados situado en los alrededores de la ciudad de El Fasher, capital de la provincia sudanesa de Darfur Norte, que dejó al menos 40 muertos y 19 heridos.
«Estoy consternado por las noticias sobre un ataque a gran escala perpetrado ayer contra la zona de El Fasher, la capital sitiada del estado de Darfur Norte, incluyendo el campamento de desplazados de Abú Shuk. (…) Condeno rotundamente todos los ataques deliberados e indiscriminados contra civiles», ha declarado el coordinador humanitario interino de la ONU en el país, Sheldon Yett, a través de un comunicado.
Así, ha recordado que las partes en conflicto tienen la «clara» obligación, en virtud del Derecho Internacional Humanitario, de garantizar la protección de la población civil, por lo que los ataques deliberados contra civiles están «estrictamente» prohibidos. Los campamentos de desplazados y otros lugares de refugio para civiles, ha recordado, no deben ser objeto de ataques.
Yett ha hecho hincapié en que dicho campamento «ya se encuentra entre las zonas afectadas por el hambre» en Darfur Norte, mientras que ha remarcado que es «igualmente alarmante» en medio de los informes sobre la escalada de hostilidades en la zona que las rutas de salida de la ciudad han sido bloqueadas, lo que ha dejado a la población bajo asedio.
«Seguimos recibiendo informes profundamente preocupantes que indican que el asedio y la intensificación de las hostilidades han dejado a la población de El Fasher con un acceso extremadamente limitado a alimentos, agua potable y atención médica. Los informes recientes que indican que, en tan solo una semana, más de 60 personas, en su mayoría mujeres y niños, han muerto por desnutrición en El Fasher, también son sumamente preocupantes», ha expresado.
En este contexto, ha reiterado el llamamiento de la comunidad humanitaria para la protección de los civiles, el fin del asedio y el acceso sin restricciones a las personas necesitadas. «Es fundamental facilitar de inmediato un paso seguro y sin trabas a quienes intentan huir de El Fasher y otras zonas de hostilidades activas», ha manifestado, antes de reiterar el llamamiento a una «pausa humanitaria».
El campamento de Abú Shuk se encuentra situado en la parte norte de El Fasher, una ciudad controlada por el Ejército sudanés y sometida a un asedio desde hace meses por parte las RSF, que han llevado a cabo decenas de ataques contra la localidad y los campamentos de desplazados situados en sus alrededores.
La guerra de Sudán, iniciada en abril de 2023 a causa de las discrepancias por la integración de las RSF en el Ejército sudanés –lo que hizo descarrilar definitivamente la transición abierta tras el derrocamiento de Omar Hasán al Bashir en 2019–, ha dejado el país en una situación humanitaria crítica, escenario de la mayor crisis de desplazados a nivel mundial.