Naciones Unidas ha pedido a Israel que revoque la orden de extradición a Francia del abogado y activista por los Derechos Humanos francopalestino Salá Hamuri, al que las autoridades israelíes acusan de ser una amenaza para la seguridad del Estado.
Hamuri, de 37 años, fue escoltado a un vuelo a Francia por la Policía el domingo por la mañana temprano, según un comunicado del Ministerio del Interior israelí, entre críticas de las ONG y del propio Hamuri, quien negó las acusaciones vertidas por las autoridades de haber «organizado, inspirado y planeado cometer ataques terroristas» contra israelíes.
Ante esta situación, el portavoz de la oficina de Derechos Humanos de la ONU, Jeremy Laurence, ha precisado este lunes que el Derecho Humanitario prohíbe la deportación de personas «protegidas en el territorio ocupado», así como la «obligación de jurar lealtad al poder ocupante».
Así, ha indicado que esta acción transmite un «mensaje escalofriante» sobre los Derechos Humanos en la región. «La deportación de Hamuri refleja la situación vulnerable de los palestinos que viven en Jerusalén Este, ya que la potencia ocupante les ha otorgado un estatus de residencia revocable, según la ley israelí», ha dicho.
«También marca otro grave deterioro de la situación de los defensores de los Derechos Humanos palestinos», ha expresado en un comunicado, pidiendo a las autoridades israelíes que dejen de usar «tales acusaciones para detener el trabajo legítimo» de los activistas.
Hamuri, de 37 años, trabaja para el grupo palestino Addameer, especializado en la ayuda a los presos palestinos y designado por el Ministerio de Defensa israelí como vinculado al Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), una milicia que Israel considera una organización terrorista.
El abogado se pasó siete años en prisión después de ser condenado en 2005 en un complot para matar al rabino Ovadia Yosef, entonces líder espiritual del partido ultraortodoxo Shas. Hamuri fue liberado en el intercambio de prisioneros de 2011 con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) que a cambio liberó al militar Gilad Shalit.
Hamuri volvió a ser arrestado de nuevo en marzo y se pasó tres meses bajo detención administrativa, sin cargos en su contra. Al cuarto mes, pidió ayuda por carta al presidente francés, Emmanuel Macron, antes de ser trasladado a una prisión de alta seguridad en el centro de Israel, donde inició 19 días de huelga de hambre en protesta por su situación.
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