La primera ministra de Francia, Elisabeth Borne, ha ratificado este domingo que el plan de la subida de la edad mínima de jubilación a 64 años es innegociable y fruto de un consenso necesario para garantizar «el equilibrio del sistema» a pesar de las fuertes protestas callejeras contra la decisión.
«Este es el compromiso que nos hemos propuesto», ha confirmado la primera ministra a France Info a menos de 24 horas de la primera revisión del texto en la Asamblea Nacional este próximo lunes.
La subida de la edad mínima de jubilación para 2030, desde los 62 años actuales, forma parte de una reforma de pensiones que aumentará en 100 euros al mes la pensión mínima para todos los beneficiarios con respecto a la prestación actual.
La medida se implementará de forma gradual añadiendo tres meses más por año a partir de septiembre, ha dicho ante un proyecto esperado, a la par que controvertido, anunciado por el presidente francés, Emmanuel Macron, durante la campaña electoral.
Asimismo, se incrementará gradualmente el período de cotización necesario para beneficiarse de una pensión completa hasta los 43 años, aunque la edad plena de jubilación se mantendrá en los 67 años, según ha informado el diario ‘Le Parisien’.
«Y es un compromiso que planteamos tras haber intercambiado impresiones con patronal, sindicatos y grupos parlamentarios. Es necesario asegurar el equilibrio del sistema», ha manifestado la primera ministra.
No obstante, Borne ha matizado que la conversación en el Parlamento estará abierta a otros aspectos de la vida laboral de los franceses, sobre todo en lo que corresponde a las mujeres. «A día de hoy, hay muchas mujeres que no pueden aprovechar al máximo circunstancias como la maternidad al término de su vida laboral», ha declarado.
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