La sequía y el conflicto armado ponen a 7,6 millones de somalíes al borde de la hambruna

La sequía y el conflicto armado ponen a 7,6 millones de somalíes al borde de la hambruna

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha alertado este miércoles que 7,6 millones de somalíes están al borde de la hambruna debido a las graves sequías y el conflicto interno armado que sufre el país y ha solicitado 2.600 millones de dólares para poder hacer frente a la crisis.

La hambruna es una posibilidad real entre abril y junio si no se mantiene la ayuda humanitaria, de la que dependen 8,25 millones de personas –casi la mitad de la población– si las próximas lluvias no son suficientes, tal y como indican las previsiones meteorológicas actuales.

El coordinador humanitario de la OCHA en Somalia, Adam Abdelmoula, ha destacado que aunque los esfuerzos de las comunidades locales y el aumento de la ayuda humanitaria ayudaron a contener la hambruna en 2022, todavía «millones de vidas siguen en peligro».

Somalia está padeciendo actualmente la más grave y prolongada sequía de su historia reciente, después de que se haya cumplido recientemente la quinta temporada consecutiva de lluvias insuficientes, provocando el desplazamiento de más de 1,4 millones de personas, la muerte de al menos 3,5 millones de cabezas de ganado y la destrucción de otros medios de subsistencia.

«El pueblo de Somalia está pagando el precio de una emergencia climática que no ha contribuido a crear», ha lamentado el vice primer ministro del Gobierno, Salá Jama, quien ha hecho el llamamiento a la comunidad internacional de no permitir que esta crisis caiga en el olvido.

Si bien no se han alcanzado los umbrales técnicos de hambruna, la OCHA insiste en que «la situación es extremadamente alarmante», pues se ha registrado un aumento «fuera de lo normal» del número de muertes.

A la crisis alimentaria se le suma una sanitaria puesto que cerca de ocho millones de personas carecen de acceso a agua potable, saneamiento e higiene. «Los casos de sarampión y cólera han aumentado en comparación a los últimos años.

El conflicto interno armado tampoco ayuda a paliar esta situación, pues los combates y la inseguridad siguen entorpeciendo la distribución y el acceso de esta ayuda humanitaria.

Hasta el momento, las organizaciones humanitarias, las comunidades locales y las autoridades gubernamentales han intensificado las respuestas y han logrado llegar a 7,3 millones de personas en 2022, pero se necesitan más y nuevos recursos, así como la puesta en marcha de un plan para eliminar los obstáculos que existen para que puedan esta asistencia pueda llegar a las personas necesitadas.


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