La selección masculina de baloncesto de Serbia es la nueva medalla de bronce olímpica tras ganar a Alemania (83-93) en la popularmente conocida como final de consolación, con una gran versión de Nikola Jokic acompañado esta vez por Vasilije Micic, que se encargaron con 19 puntos cada uno de dejar a los alemanes siempre a una distancia prudencial.
Se quedan los germanos sin medalla pese a su gran torneo, en el que se plantaron en semifinales para poner contra las cuerdas a la anfitriona Francia (73-69). Quizá desfondados o no tan motivados, no pudieron oponer tal resistencia ante una Serbia que conquistó el bronce con claridad.
El 21-30 del primer cuarto lo intentaron maquillar al descanso los alemanes, pero sin demasiado éxito (38-46). Los de Gordie Herbert pagaron caro ese mal arranque y esa barrera moral de los 10 puntos iba creciendo o mermado pero siempre estuvo ahí.
Svetislav Pesic, el ‘abuelo’ que no se cansa de ganar a sus 74 años, añade su primera medalla olímpica a su brillante palmarés y será, si no lo era ya, un héroe en el baloncesto serbio. Y se sirvió de sus estrellas, sobre todo de un Nikola Jokic que casi se ‘carga’ al nuevo ‘Dream Team’ de Estados Unidos, para llegar a este bronce.
Con un +19 de máxima para Serbia, que fue siempre por encima en el marcador, la Alemania de Franz Wagner (18 puntos) o Dennis Schroder (13) no pudieron hacer mucho más, porque la superioridad serbia en la pintura fue destacada. Pese a la decepción de no poder luchar por el oro, Nikola Jokic tiró de nuevo del carro para, con 19 puntos, 12 rebotes y 11 asistencias (triples figuras), dar el bronce a su país.