Los ciudadanos ecuatorianos están llamados este domingo a decidir el rumbo político del país durante los próximos años, aunque en esta ocasión lo harán de forma anticipada por la caída prematura del Gobierno de Guillermo Lasso y tras una campaña que ha estado marcada por la inseguridad, ejemplificada en el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio cuando apenas quedaba semana y media para la cita con las urnas.
Lasso tomó posesión en mayo de 2021, bajo la premisa de ampliar los horizontes en distintos ámbitos de un Ecuador que, en los dos años posteriores, ha terminado viviendo en una crisis política y social prácticamente constante. La mejora de las estadísticas macroeconómicas no ha logrado contener los niveles de desigualdad y pobreza, uno de los grandes objetivos marcados por el exbanquero.
La gota que colmó el vaso de la frágil estabilidad del país sudamericano llegó en mayo de este año, con el inicio de un juicio político contra el mandatario por supuesta corrupción. Lasso defendió su inocencia y acusó a la Asamblea Nacional –dominada por la oposición y con la que ya había vivido todo tipo de pulsos– de sumir al país en una «grave crisis».
Con este argumento, invocó la conocida como ‘muerte cruzada’, una prerrogativa constitucional que implicaba la disolución del Parlamento a costa de la convocatoria también de elecciones presidenciales. Así, más de 13 millones de ecuatorianos elegirán este domingo al jefe de Estado y a los nuevos diputados, aunque no para mandatos completos sino para completar los que ya están en marcha, que concluirán en 2025.
La campaña posterior a la convocatoria evidenció la fuerte polarización política, con amenazas cruzadas prácticamente a todos los niveles, y estableció como tema de primer orden la creciente actividad de grupos armados, con bandas librando en las calles y en las cárceles su particular batalla.
Tal es así, que entre 2021 y 2022 la tasa de homicidios de Ecuador pasó de 13,7 a más de 25 por cada 100.000 habitantes, un dato sin precedentes que previsiblemente aumentará este año. Dos de cada tres ecuatorianos no se sienten seguros al caminar solos por la noche, según una encuesta sobre seguridad realizada el año pasado por la firma Gallup.
Lasso ya había invocado varios estados de excepción para contener la violencia en zonas como Guayaquil, aunque la inseguridad alcanzó nuevas cotas el 9 de agosto con el asesinato del candidato Villavicencio. Seis personas fueron detenidas, mientras se investiga quién dio la orden de un crimen que ha generado conmoción a nivel nacional e internacional.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) reafirmó tras este ataque a tiros la fecha de las elecciones, incidiendo entre otras cosas en que todas las instituciones trabajan de forma coordinada para garantizar la seguridad. La Policía Nacional desplegará más de 53.000 efectivos y las Fuerzas Armadas contarán con unos 43.000.
LA CANDIDATA DE CORREA, FAVORITA
La rival a batir en estas elecciones es la representante de Revolución Ciudadana, Luisa González, heredera política del expresidente Rafael Correa y que venía encabezando en los últimos meses todos los sondeos, con una intención de voto que en algunos casos ronda el 30 por ciento.
Si se cumplen los pronósticos y no logra la mayoría absoluta, habrá segunda vuelta, aunque nadie se atreve a dar nada por sentado teniendo en cuenta que el Código de la Democracia impide la difusión de encuestas diez días antes de las elecciones. Los últimos estudios vieron la luz el 10 de agosto, al día siguiente del asesinato de Villavicencio.
El aspirante del Movimiento Construye figuraba entre los aspirantes con menos opciones, pero el partido no ha tirado la toalla presentado ‘in extremis’ al periodista Christian Zurita, cuya candidatura no fue autorizada por el CNE hasta el miércoles de esta semana, un día antes del cierre formal de campaña. Su nivel de apoyo es una de las grandes incógnitas del actual escenario.
Tras la candidata ‘correísta’, y siempre teniendo en cuenta los sondeos oficiales, se abre una horquilla de candidatos entre los que destaca Yaku Pérez, al frente de Claro que se Puede. El líder indígena, que ya intentó en el pasado alcanzar la Presidencia de Ecuador, aglutina a varios partidos de izquierda y al igual que González ha denunciado que Ecuador es a día de hoy un «Estado fallido».
En niveles similares a los de Pérez se situaría Otto Sonnenholzner, exvicepresidente del Gobierno de Lenín Moreno, mientras que aspira a dar la sorpresa el empresario Jan Topic, seguidor confeso de las políticas de mano dura del mandatario salvadoreño, Nayib Bukele.
DIEZ HORAS DE VOTACIÓN
Los colegios electorales permanecerán abiertos desde las 7.00 hasta las 17.00 (hora local), mientras que quienes viven en el extranjero sólo podrán votar por Internet, siempre y cuando se hayan registrado previamente. El registro permanecerá abierto incluso el mismo día de la votación.
Además de la Presidencia, en juego estarán los 137 escaños que conforman la Asamblea Nacional, cuya composición también será clave para la vida política de Ecuador, como ya quedó de manifiesto en la legislatura que saltó por los aires en mayo.