Las personas más ricas de Gran Bretaña son responsables de una parte desproporcionada de las emisiones de carbono, pero una nueva investigación de la Universidad de Bath (Reino Unido) sugiere que también tienen la clave para acelerar la acción climática. Así, los datos de una encuesta publicada en ‘PLOS Climate’ revelan que, si bien las personas con mayores ingresos del Reino Unido tienen muchas más probabilidades de adoptar tecnologías ecológicas como vehículos eléctricos y bombas de calor, siguen sin estar dispuestos a comprometer su estilo de vida para reducir las emisiones.
A nivel mundial, el 10% más rico fue responsable de más del 50% de las emisiones entre 1990 y 2015. En el Reino Unido, los hogares con mayores ingresos producen tres veces más emisiones que los más pobres. Para explorar cómo los ricos podrían ayudar a cerrar esta brecha, los investigadores de la Universidad de Bath encuestaron a más de 1.000 personas, incluido un grupo específico de 43 individuos ricos, y realizaron entrevistas en profundidad.
El estudio descubrió que los británicos más ricos tienen muchas más probabilidades de invertir en tecnología baja en carbono. El 50% de los hogares que ganan más de 200 000 libras (241.300 euros) compraron un vehículo eléctrico en 2022 , en comparación con solo el 8% de los hogares de ingresos medios y el 2% de los hogares de ingresos bajos. Asimismo, los hogares con ingresos más altos también tienen más probabilidades de instalar bombas de calor energéticamente eficientes y aprovechar los subsidios gubernamentales.
A pesar de ello, las personas con ingresos altos todavía consumen significativamente más en alimentos, transporte y compras, especialmente cuando se trata de vuelos frecuentes y bienes de lujo.
No obstante, la investigación encontró que las personas más ricas están más informadas y preocupadas por el cambio climático. Así, el 81% de los encuestados ricos dijo que se necesitan acciones urgentes, en comparación con el 68% de los demás. Es más probable que comprendan términos como cero emisiones netas y huella de carbono y apoyen políticas climáticas más sólidas. Sin embargo, su estilo de vida sigue siendo intensivo en carbono. Muchos subestiman el impacto de los viajes en avión y el consumo de carne de vacuno, mientras que sobreestiman acciones más pequeñas como el reciclaje.
El coautor, el doctor Sam Hampton del Departamento de Psicología, incide: «Cuando se trata de la contradicción entre la preocupación por el clima de las personas ricas y los estilos de vida de altas emisiones, a menudo subestiman el impacto de actividades como volar y comer carne de res, mientras que sobreestiman acciones más pequeñas como el reciclaje. Algunos también justifican sus decisiones mediante la comparación, considerando que sus emisiones son razonables en comparación con las de otras personas con hábitos aún más contaminantes».
El estudio destaca el poder de los individuos ricos para impulsar un cambio sistémico. Así, el 42% de los encuestados ricos cree que puede influir en las empresas a través de su poder adquisitivo, en comparación con apenas el 12% de los participantes con ingresos más bajos. Además, 6 de cada 10 encuestados ricos ocupan puestos gerenciales, lo que les da la capacidad de implementar iniciativas de sostenibilidad corporativa.
Con estos datos, la investigadora principal, Hettie Moorcroft, del Departamento de Psicología, recalca: «Abordar la desigualdad en materia de emisiones es esencial para lograr una transición justa hacia el objetivo de cero emisiones netas. Las personas más ricas tienen una oportunidad única (y la responsabilidad) de generar un impacto significativo. Nuestra investigación destaca cómo las personas ricas contribuyen al cambio climático más allá de sus comportamientos de consumo directo, pero también cómo sus capacidades existentes pueden aprovecharse para acelerar el cambio».