Los Veintisiete han avalado este jueves el «diagnóstico» del ex primer ministro italiano, Mario Draghi, que avisa en su informe sobre la competitividad de la UE de que la UE necesitará una inyección «masiva» de 800.000 millones de euros anuales para digitalizar y descarbonizar la economía y aumentar su capacidad de defensa, aunque han admitido que hablar de cómo financiarlo es todavía un «tema delicado».
«Los Estados miembro están de acuerdo sobre el diagnóstico y han reconocido que este es el momento de actuar. Es un buen paso adelante porque podemos analizar el problema, pero lo siguiente es dar forma al tratamiento», ha explicado el secretario de Estado de Economía Estratégica de Hungría, Máté Lóga, en calidad de presidencia rotatoria del Consejo, en rueda de prensa tras la reunión de ministros de Industria celebrada en Bruselas.
Sin embargo, ha advertido de que la cuestión de cómo financiar ese diagnóstico es todavía «un tema sensible», ya que Draghi considera que «puede ser necesaria una mayor emisión de deuda pública para que la financiación de las transiciones sea una propuesta más realista», una propuesta a la que son reacios los países tradicionalmente más frugales.
Es el caso de Estados miembro como Alemania, cuyo ministro de Finanzas, Christian Lindner, rechazó de forma tajante el planteamiento de Draghi sobre la deuda común el mismo día en que presentó su informe.
«Al asumir una deuda conjunta de la UE, no resolveremos ningún problema estructural: a las empresas no les faltan subsidios. Están atados por la burocracia y la economía planificada. Y tienen dificultades para acceder al capital privado. Tenemos que trabajar en eso», señaló el liberal alemán en su perfil de Twitter.
Por contra, otras voces abogan por replicar el modelo de los eurobonos para financiar proyectos comunes, como el propio comisario de Economía, Paolo Gentiloni, que apuesta por un sistema de emisión de deuda similar al que ya se utiliza para el mecanismo de recuperación y resiliencia que obtiene fondos a través de préstamos en el mercado financiero.
No obstante, la mayoría de capitales considera que aún es pronto para debatir en profundidad este modelo, al que los gobiernos del norte oponen especial resistencia, y piden más tiempo para analizar el profundidad todas las propuestas del también expresidente del Banco Central Europeo (BCE), cuyo informe se espera que cope también el debate a nivel de líderes en la cumbre informal prevista para el 7 y 8 de noviembre en Budapest (Hungría).