Al menos un soldado ugandés y once presuntos miembros de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), vinculado al grupo yihadista Estado Islámico, han muerto en enfrentamientos registrados en las últimas horas después de que un grupo de asaltantes intentara irrumpir en la localidad de Ntoroko (oeste), cerca de la frontera con República Democrática del Congo (RDC).
El portavoz del Ministerio de Defensa ugandés, Felix Kulayigye, ha indicado a través de su cuenta en la red social Twitter que «entre 20 y 30 combatientes de las ADF» cruzaron el río Semuliki durante la noche del lunes y ha recalcado que «los servicios de Inteligencia los detectaron y fueron interceptados».
«Hay un combate en marcha para hacer frente al grupo de forma decisiva. Once de ellos han sido eliminados», ha manifestado, antes de resaltar que otros ocho sospechosos han sido detenidos y confirmar la muerte de un militar en los combates. «La operación sigue en marcha», ha zanjado.
El vicepresidente del condado de Bweramule, Onan Bangonza, ha señalado en declaraciones al diario ugandés ‘Daily Monitor’ que los atacantes abrieron fuego contra los civiles en las aldeas de Kaytanja y Kyobe, hiriendo a tres personas. «Hay un tiroteo entre las ADF y el Ejército de Uganda», ha dicho, al tiempo que ha confirmado que parte de la población ha huido hacia Rwebisengo.
El incidente ha tenido lugar un día después de que la fuerza conjunta creada por RDC y Uganda –puesta en marcha a finales de 2021– asegurara haber matado a 30 presuntos miembros de las ADF en una serie de operaciones llevadas a cabo desde el domingo en el territorio congoleño de Irumu, ubicado en la proivincia de Ituri, tal y como ha recogido la emisora Radio Okapi.
Las ADF, un grupo ugandés creado en la década de los noventa especialmente activo en el este de RDC y acusado de la matanza de cientos de civiles en esta zona del país, podría estar intentando volver a operar en Uganda, de donde se retiró en 2003 tras una serie de operaciones militares que mermaron drásticamente su capacidad para llevar ataques en el país.
El grupo sufrió una escisión en 2019 después de que Musa Baluku –sancionado por Naciones Unidas y Estados Unidos– jurara lealtad al grupo yihadista Estado Islámico en África Central (ISCA), bajo cuya bandera actúa desde entonces. El aumento de sus ataques y la reclamación de un atentado en la capital ugandesa, Kampala, llevó a ambos países a lanzar las citadas operaciones conjuntas en el este de RDC.
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