Un informante alertó al FBI en diciembre de 2020 de que la extrema derecha de Estados Unidos había entendido uno de los últimos mensajes en Twitter del expresidente Donald Trump como un «llamamiento a la armas» para el 6 de enero de 2021, reafirmando así las teorías de que las autoridades habrían subestimado el potencial peligro que corrían los congresistas aquel día, según ha informado este miércoles la cadena de televisión NBC.
Esta fuente, que sigue siendo agente del FBI, avisó de que uno de los mensajes de Trump en Twitter animando a acudir a la manifestación que estaba prevista en Washington aquel 6 de enero fue entendida por los colectivos de extrema derecha y sus acólitos como una suerte de llamamiento a la insurrección.
Ese mensaje de Trump, según la citada fuente, estaba «ganando terreno» en redes sociales y debía tomarse como motivo de «gran» preocupación ante la posibilidad de que los congresistas que tenían previsto ese día certificar la victoria de Joe Biden en las elecciones de noviembre de 2002 pudieran ver su seguridad amenazada.
La información facilitada fue recabada durante semanas en foros de Internet al que solían acudir este tipo de personas, en los que se hablaba incluso de iniciar una guerra civil y de ahorcar a los traidores, según los correos electrónicos que envío al FBI y que la NBC ha podido revisar.
«El infierno se va a desatar», «tengo las armas listas», «no le tengo miedo a la muerte y con mucho gusto mataré para preservar a nuestro país» o «la sangre es el precio de la libertad» son algunos de los mensajes que este informante destacó durante aquellos correos.
Esta nueva información se suma al resto de evidencias que las semanas siguientes al ataque y mientras avanzaban las investigaciones se fueron conociendo acerca del conocimiento que el FBI tenía sobre la posible amenaza que existía. A pesar de ello, el comité de la Cámara de Representantes evitó en su informe de este año, con motivo del primer aniversario, hablar de los errores de las fuerzas de seguridad.
La labor de los responsables de las fuerzas de seguridad ha sido ampliamente cuestionada, con los propios agentes del Capitolio denunciando haber sido abandonados a su suerte aquel día.
Además, la presencia en protestas violentas previas en las que milicias fuertemente armadas como Oath Keepers, cuyos líderes han sido condenados por delitos de sedición, o Proud Boys, quienes están a la espera de correr la misma suerte, rechazando el resultado de las elecciones, puso de manifiesto la mala gestión de las autoridades.
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