El grupo islamista presenta un calendario de 135 días que contempla la liberación de rehenes a cambio de 1.500 reos palestinos
El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha presentado una contrapropuesta al texto enviado la semana pasada para un posible alto el fuego que contempla un plan de tres etapas durante 135 días que llevaría al fin del conflicto y que incluiría la liberación de rehenes a cambio de la excarcelación de 1.500 prisioneros, el fin del cerco a la Franja de Gaza y un proceso de reconstrucción.
El grupo islamista responde así a una propuesta presentada la semana pasada por mediadores de Qatar y Egipto –que contaba con el respaldo de Estados Unidos e Israel– e insiste en la necesidad de un alto el fuego prolongado para aceptar cualquier tipo de acuerdo con las autoridades israelíes.
La propuesta presentada por Hamás incluye tres etapas, cada una de 45 días, que arrancaría con una liberación de niños, mujeres, enfermos y personas de más de 50 años que fueron secuestradas durante los ataques ejecutados el 7 de octubre a cambio de la excarcelación de 1.500 presos palestinos, entre ellos 500 condenados a cadena perpetua o a «elevadas penas de cárcel».
Esta primera fase incluiría además la entrada de 500 camiones con ayuda humanitaria y combustible en la Franja de Gaza, así como la entrega de 60.000 viviendas prefabricadas y 200 tiendas de campaña, mientras que los desplazados tendrían permiso para volver a sus hogares.
El grupo ha reclamado además que los colonos dejen de entrar en la mezquita de Al Aqsa y que se vuelva al ‘statu quo’ previo a 20022, así como un plan para la reconstrucción en Gaza en un plazo máximo de tres años, además de la retirada de las fuerzas israelíes, según ha recogido el diario palestino ‘Filastin’, vinculado a Hamás.
Muhamad Nazal, un alto cargo del brazo político de Hamás, ha dicho en declaraciones concedidas a la cadena de televisión qatarí Al Yazira que esta propuesta «es más específica» que la propuesta derivada del acuerdo alcanzado por Qatar, Egipto, Estados Unidos e Israel en París y ha recalcado que «da fechas límite».
«Ninguno de estos detalles puede verse comprometido. La máquina de asesinar de Israel debe detenerse. Deseamos ver la retirada de las fuerzas de ocupación de la totalidad de Gaza», ha dicho, antes de explicar que esta respuesta «es realista» y que las demandas «son razonables».
Nazal ha adelantado que Hamás considera que las autoridades israelíes «no se comprometerían en serio con un acuerdo», por lo que ha defendido que el alto el fuego permanente debe ser parte de la segunda fase, para comprobar si el Gobierno liderado por Benjamin Netanyahu quiere avanzar por este camino.
En este sentido, ha desvelado que Qatar, Egipto, Turquía y Rusia, además de Naciones Unidas, se han mostrado dispuestos a ejercer como «garantes» y ha reseñado que Hamás «espera que empiecen las negociaciones». «Una vez empiecen, cualquier obstáculo puede ser arreglado por el camino para lograr un acuerdo final», ha dicho.
Por último, ha dicho que Hamás «espera que la Administración de Estados Unidos adopte una decisión final sobre si quieren que continúe la guerra o quieren un alto el fuego permanente», al tiempo que ha incidido en que Washington «está totalmente sesgado» en favor de Israel y «es parte de la guerra contra Gaza».
QATAR HABLÓ DE RESPUESTA «POSITIVA»
El comunicado de Hamás ha llegado un día después de que el ministro de Exteriores de Qatar, Mohamed bin Abdulrahman al Thani, afirmara que Doha había recibido una respuesta «positiva» por parte del grupo islamista palestino sobre la propuesta de acuerdo para la liberación de rehenes y un alto el fuego en la Franja de Gaza.
«Hemos recibido una respuesta de Hamás sobre el marco general del acuerdo de rehenes. Hamás hizo algunos comentarios. Sin embargo, en general podemos decir que fue positivo», dijo durante una rueda de prensa con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken. Así, se mostró «optimista» y agregó que la situación es «prometedora».
Por su parte, Blinken resaltó que «hay mucho trabajo por delante». «Continuamos creyendo que un acuerdo es posible y es, de hecho, esencial y continuaremos trabajando de forma incansable para lograrlo», subrayó, sin que el Gobierno de Israel se haya pronunciado por ahora.
El Ejército de Israel lanzó su ofensiva contra Gaza tras los ataques perpetrados el 7 de octubre por Hamás, que dejaron cerca de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados. Las autoridades gazatíes, controladas por el grupo islamista, han denunciado más de 27.500 muertos, a los que se suman más de 365 fallecidos en Cisjordania y Jerusalén Este en operaciones de las fuerzas de seguridad y por ataques ejecutados por colonos.