Suecia se convertirá los próximos días en el 32º aliado de la OTAN tras la ratificación este lunes del húngaro del protocolo de adhesión del país escandinavo que llega a la organización militar tras salvar las reticencias de Turquía, y en menor medida Hungría, y casi un año después de que Finlandia, país junto al que inició su camino a la OTAN, se incorporara a la alianza.
A la espera de que Hungría deposite el protocolo de adhesión en el Departamento de Estado de Estados Unidos y, de esta forma, se certifique su pertenencia a la OTAN, un procedimiento que fuentes diplomáticas señalan a Europa Press que debería suceder en «en el plazo de una semana», Suecia se unirá a sus vecinos finlandeses con los que, de la mano, presentaron su adhesión a la OTAN en mayo de 2022.
Se trató de un giro inédito en la política de neutralidad de suecos y finlandeses que respondía directamente a la creciente amenaza que representaba la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. Entonces la organización militar preveía una adhesión ‘exprés’ de ambos candidatos y se apuntaba que su incorporación podría culminar en tan solo unos meses, para finales de 2022 o principios de 2023, puesto que su cercanía democrática y la capacidad militar convertía a Suecia y Finlandia en dos de los socios más estrechos de la OTAN.
Sin embargo, a la aprobación política de los aliados, que llegó en unas pocas semanas, le siguió el proceso de ratificación que se demostró como el paso más complejo al ser un procedimiento burocrático que depende en muchos casos de trámites en los parlamentos nacionales.
En este punto es cuando la cumbre de líderes de la OTAN en Madrid llamada a servir de escenario para escenificar la bienvenida a suecos y finlandeses se convirtió en junio de 2022 en el marco en el que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dejó claras sus reticencias al ingreso de ambos países escandinavos alegando falta de cooperación en materia antiterrorista y una supuesta connivencia con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
ACUERDO A TRES EN LA CUMBRE DE MADRID
Finalmente la cumbre se saldó con un acuerdo tripartito en el que Suecia y Finlandia se comprometían a cooperar con Ankara en materia de lucha contra el terrorismo y que obligaba a Estocolmo y Helsinki a abordar reformas legislativas a cambio de que Erdogan desbloqueara el proceso de adhesión de ambos en el Parlamento turco.
Tras meses de tira y afloja, incluyendo la crisis por la quema de copias del Corán en distintos países nórdicos, y varios viajes del secretario general aliado, Jens Stoltenberg, a Ankara para defender los avances de Suecia y Finlandia ante las «preocupaciones legítimas» turcas en materia de seguridad, Turquía dio el paso adelante con Finlandia en abril de 2023 permitiendo su ingreso en el bloque militar, pero dejando la candidatura de Suecia pendiente de más reformas.
En otro acuerdo ‘in extremis’ en la víspera de la cumbre de líderes de la OTAN en Lituania el pasado julio, Erdogan aceptó desbloquear la ratificación de la adhesión de Suecia y llevarla a la Gran Asamblea Nacional turca «lo antes posible» para su votación parlamentaria, en lo que parecía el último obstáculo al ingreso de Estocolmo en la OTAN. En todo caso, este paso no se materializó hasta el pasado enero, cuando finalmente los diputados turcos reunidos en la Asamblea dieron el visto bueno a ratificar el ingreso en el bloque militar.
Una vez retirada la traba de Turquía quedaba por delante el beneplácito de Hungría, país que oficialmente no presentó grandes reticencias al ingreso de Suecia y que en todo momento defendió que no sería el último aliado en dar ‘luz verde’. Un mes después de la aprobación turca y tras conseguir que el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, viajara a Budapest para cerrar un acuerdo de venta de cazas de combate de fabricación sueca, el Parlamento nacional magiar ha aprobado la ratificación de Suecia que se culminará 22 meses después.
En todos este tiempo, Stoltenberg, que vive sus últimos meses al frente de la OTAN, ha subrayado que la entrada de Suecia en el bloque beneficiaría a la alianza en su conjunto y haría más fuerte a la OTAN. El dirigente nórdico ha defendido el compromiso de Suecia y Finlandia para entrar en la organización y reconocido el paso histórico de ambos. Junto a Suecia y Finlandia, Montenegro, en 2017, y Macedonia del Norte, en 2020, han ingresado en la OTAN durante su mandato.