El ex líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha afirmado que «hay poca discusión» sobre que «el ala izquierda» del Gobierno, en referencia a Unidas Podemos, es el que ha conseguido sacar adelante «las medidas sociales», tras «pelearlas» con «el ala derecha» del Ejecutivo, en alusión al PSOE.
En una tertulia de Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Iglesias ha respondido de esta manera a la pregunta sobre quién cree que va a capitalizar las medidas sociales impulsadas por el Ejecutivo central.
«La gente es perfectamente consciente de cuáles han sido las peleas dentro del Gobierno para subir el SMI, ampliar el escudo social o limitar el precio de los alquileres para intentar regular el mercado de la vivienda. Yo creo que eso todo el mundo lo sabe y sabe hacia qué lado han tirado las dos alas del Gobierno, su ala derecha y su ala izquierda, y eso merece poca discusión», ha asegurado.
En cuanto a la situación política actual, ha señalado que, «si bien el sistema político del 78 demostró una enorme estabilidad y amplios consensos entre las fuerzas políticas más importantes, por una parte PSOE y PP, y por otra CIU y el PNV», ahora se está en «un escenario completamente distinto». «El PP ya solamente puede gobernar con Vox y eso indica una posibilidad de dirección de Estado, a mi juicio, fuera de la democracia», ha subrayado.
Por otra parte, ha destacado que existe un Gobierno de coalición, con el PSOE y Unidas Podemos, «que se tiene que aliar con los sectores que expresan ese país de países que es España», es decir «esa España plurinacional».
CORRUPCIÓN EN ARGENTINA
El que fuera vicepresidente del Gobierno también ha dicho que hay que dar a Argentina «lecciones, las justas» sobre corrupción porque no se puede olvidar que en España existe «el partido más corrupto de Europa», en referencia al PP, que, además, «ha sido capaz de controlar a los jueces».
En este sentido, ha manifestado que la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, condenada a seis años de cárcel e inhabilitación perpetua como máxima responsable de un desfalco de 480 millones de euros en la concesión de obras públicas, ha sido «víctima de una campaña de violencia mediática que llevó incluso a su intento de asesinato y que algunos malnacidos se atrevían a poner en cuestión diciendo que se lo había inventado».
«En nuestro país, donde la derecha ha asumido que el control de los jueces es su principal instrumento de resistencia a los avances democráticos, eso nos debería hacer mirarnos un poquito más aquí y no pretender dar lecciones a nadie», ha concluido.
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