Pakistán confirma la muerte de 33 "terroristas" y dos soldados en el asalto a una comisaría en Bannu

Pakistán confirma la muerte de 33 «terroristas» y dos soldados en el asalto a una comisaría en Bannu

La operación pone fin al amotinamiento tras el fracaso de los contactos con TTP para resolver el incidente.

Al menos dos soldados paquistaníes y 33 «terroristas» han muerto este martes durante el asalto contra una comisaría del Departamento Antiterrorista (CTD) en la localidad de Bannu, en la provincia de Jíber Pajtunjua (norte), en la que decenas de detenidos se habían amotinado y tomado rehenes durante la noche del domingo

El ministro de Defensa paquistaní, Jauaja Asif, ha indicado que «todos los terroristas» del grupo Tehrik-i-Taliban Pakistan (TTP), conocido como los talibán paquistaníes, han muerto durante el asalto, al tiempo que ha dicho que dos militares han caído «mártires», según ha recogido el diario paquistaní ‘Dawn’.

«La operación fue iniciada el 20 de diciembre a las 12.30 horas (hora local) por parte del Grupo de Servicios Especiales y todos los terroristas han muerto», ha señalado, antes de resaltar que se ha asegurado toda la zona. Asimismo, ha dicho que el motín empezó después de que un detenido arrebatara el arma a un agente tras golpearle en la cabeza con un ladrillo.

Asimismo, ha dicho que el suceso representa un «colapso total» de las autoridades de Jíber Pajtunjua, en manos del opositor Pakistan Tehrik-e-Insaf (PTI) del ex primer ministro Imran Jan. «El terrorismo está logrando avances en Jíber Pajtunjua y Balochistán», ha lamentado, antes de reconocer que ha habido «incidentes» en otras provincias. «Sin embargo, está claro que terroristas que llegan a través de la frontera o que operan localmente se están alzando de nuevo (en las citadas provincias)», ha zanjado.

Los amotinados, miembros de TTP, habían reclamado un paso seguro a Afganistán. El grupo confirmó que sus miembros detenidos en la comisaría se habían amotinado y habían tomado rehenes, al tiempo que pidió a líderes religiosos de Bannu que intervinieran para evitar un mayor derramamiento de sangre. Durante la jornada del lunes, el Gobierno había mantenido contactos con el grupo, que reclamó la autoría del incidente, para intentar solucionar la crisis.

La Autoridad Nacional Antiterrorista de Pakistán afirmó la semana pasada que el grupo TTP, conocido como los talibán paquistaníes, expandió sus redes durante las conversaciones de paz con el Gobierno y agregó que la retirada estadounidense de Afganistán le permitió aumentar sus actividades en el país vecino, cerca de dos semanas después de que el grupo armado anunciara el fin del alto el fuego.

En este sentido, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, ha resaltado que Washington «está preparado para asistir» a Pakistán en la lucha contra el grupo. «El contexto general es que el Gobierno de Pakistán es un socio cuando se trata de estos desafíos compartidos, incluidos los que suponen grupos terroristas en Afganistán y en la frontera entre Afganistán y Pakistán», dijo el lunes durante su rueda de prensa diaria.

El Gobierno paquistaní afirmó que la decisión de TTP de romper el alto el fuego y volver a ejecutar atentados en el país debería ser motivo de preocupación entre los talibán afganos, que habían estado jugando un papel de mediación en las conversaciones entre Islamabad y el grupo armado para intentar alcanzar un acuerdo de paz.

El grupo TTP, que difiere de los talibán afganos en asuntos organizativos pero sigue la misma interpretación rigorista del islam suní, aglutina a más de una docena de grupos de militantes islamistas que operan en Pakistán, donde han matado a unas 70.000 personas en dos décadas de violencia.


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