El laboratorio estadounidense Pfizer cerró el segundo trimestre del año con un beneficio neto atribuido de 2.327 millones de dólares (2.119 millones de euros), un 77% menos que en el mismo período de 2022.
La cifra de negocio también cayó en un 54% hasta los 12.734 millones (11.598 millones de euros) entre abril y junio.
De este modo, la compañía farmacéutica cerró la primera mitad del año con un beneficio neto atribuido de 7.870 millones de dólares (7.168 millones de euros) y una caída interanual del 56%.
A su vez, la facturación descendió un 42% con respecto a los seis primeros meses de 2022, quedándose en los 31.015 millones (28.250 millones de dólares).
En concreto, los ingresos de los productos para el Covid-19 de la compañía registraron una caída interanual del 64% en el caso del Comirnaty y del 58% para el Paxlovid, aportando a la marca 13.500 millones (12.296 millones de euros) y lo 8.000 millones (7.286 millones de euros), respectivamente.
Esta caída ha supuesto el 53% del descenso del resultado operativo de Pfizer, según la propia compañía.
El consejero delegado de la multinacional ha afirmado que la empresa ha hecho progresos significantes en su objetivo de lanzar 19 nuevos productos en un período de 18 meses.
Además, el directivo ha comentado que esperan un crecimiento operativo sólido de cara a 2025 y que ya cuenta con «varios candidatos interesantes» para convertirse en futuros «impulsores de valor».