El Servicio de Fronteras de Polonia ha acusado a las autoridades bielorrusas de lucrarse con los intentos de cientos de migrantes que esperan para cruzar al otro lado y por ello están interesado sen continuar alimentado una crisis migratoria, que desde Varsovia no descartan derive en el cierre total de la frontera.
«En las últimas semanas, hemos observado, lamentablemente, que el número de intentos de cruzar ilegalmente están aumentando. La razón es simple. La parte bielorrusa gana dinero con cada uno de estos extranjeros, por lo que está interesada en mantener la presión migratoria en nuestra frontera», ha acusado la portavoz de los servicios fronterizos, Anna Michalska.
Según la portavoz, Bielorrusia estaría ganando entre 8.000 y 10.000 euros por cada una de estas personas. «Gracias al hecho de que tenemos una barrera física y electrónica podemos responder a tiempo y prevenir estos intentos de cruzar», ha destacado en declaraciones a Polskie Radio.
Michalska ha informado de que en las últimas horas 123 personas han intentado sin éxito entrar de manera ilegal a Polonia desde Bielorrusia. Los migrantes, ha añadido, son de Etiopía, Eritrea, Somalia, Siria, Yemen, Irán y Egipto.
Ante la crisis migratoria, Polonia construyó una valla de casi seis metros de altura a lo largo de 186 kilómetros. Varsovia y sus socios regionales acusan a Bielorrusia de lanzar a migrantes ilegales a la frontera en represalia por las sanciones europeas por la violencia postelectoral tras el triunfo electoral de Alexander Lukashenko, quien, en agosto de 2020, revalidó mandato por sexta vez.
La presencia además ahora de los mercenarios del Grupo Wagner ha hecho que Polonia haya reforzado su presencia en la frontera y no ha descartado cerrar los pasos fronterizos que mantiene abiertos si la situación empeora. Una idea que también barajan otros vecinos, como Lituania y Estonia.