RDC denuncia la "presencia ilegal" de periodistas "pagados e influenciados" por Ruanda

RDC denuncia la «presencia ilegal» de periodistas «pagados e influenciados» por Ruanda

El Gobierno de República Democrática del Congo (RDC) ha denunciado «firmemente» lo que describe como una «presencia ilegal» de periodistas «pagados e influenciados» por Ruanda, en medio de las tensiones diplomáticas por los enfrentamientos en el este entre el Ejército congoleño y el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23).

El Ministerio de Comunicaciones y Medios de RDC ha dicho en un comunicado que «medios de propaganda han sido escoltados por el M23 y el Ejército de Ruanda a múltiples partes en el este de RDC, desde Bunagana a Kishishe, incluidos Bambo, Murimbi y Rutshuru».

«Este acto debe llamar la atención de la comunidad nacional e internacional ante la nueva campaña de mentiras y distorsiones por parte de Ruanda, promoviendo un testimonio falso de residentes locales y manipulando la verdad sobre la masacre de Kishishe y otros actos violentos cometidos por el M23 y el Ejército ruandés en Rutshuru, en Kivu Norte», ha argumentado.

Así, ha dicho que las autoridades «se reservan el derecho a usar todos los medios legales contra los que usan falsos testimonios de civiles inocentes raptados y amenazados de muerte como parte de la campaña de mentiras de Kigali», según un comunicado publicado por el ministerio a través de su cuenta en la red social Twitter.

«La colaboración entre Ruanda y el M23 es una nueva prueba del apoyo innegable que el presidente de Ruanda, Paul Kagame, ha dado a los terroristas del M23, que azuzan la inseguridad en RDC, asesinan a nuestros compatriotas y violan a nuestras mujeres e hijas», ha subrayado.

Por último, ha reiterado que Kinshasa está dispuesto a «iniciar procedimientos legales contra los responsables de crímenes internacionales, incluidas las masacres de Kishishe y Bambo, buscar justicia para las víctimas y lograr el pago de reparaciones». «El Ejecutivo no escatimará esfuerzos para lograr la paz y la seguridad en el este de RDC», ha remachado.

El M23 rechazó la semana pasada las acusaciones vertidas por Naciones Unidas sobre el asesinato de más de 130 civiles, incluida más de una decena de niños, en Kishishe y Bambo en actos cometidos entre el 29 y el 30 de noviembre, según la Misión de la ONU en RDC (MONUSCO).

«Las víctimas fueron ejecutadas de forma arbitraria a tiros o con armas blancas. Otras ocho personas resultaron heridas y 60 fueron secuestradas. Al menos 22 mujeres y cinco niñas fueron violadas», manifestó la MONUSCO en un comunicado publicado a través de su página web.

Las relaciones entre RDC y Ruanda han atravesado momentos de crisis desde la llegada masiva al este de RDC de hutus ruandeses acusados de haber masacrado a los tutsis durante el genocidio de Ruanda de 1994.

Las tensiones repuntaron en mayo, cuando el Gobierno congoleño convocó al embajador ruandés para denunciar el presunto apoyo del país al M23, algo rechazado por Kigali, que afirma por su parte que Kinshasa da apoyo a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) –un grupo armado rebelde fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de 1994 en el país africano– para perpetrar ataques en Ruanda.

El M23 ha sido acusado desde noviembre de 2021 de llevar a cabo ataques contra posiciones del Ejército en Kivu Norte, a pesar de las autoridades congoleñas y el M23 firmaron en diciembre de 2013 un acuerdo de paz tras los combates registrados desde 2012 con el Ejército, que contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas. Expertos de la ONU acusaron a Uganda y a Ruanda de apoyar a los rebeldes, si bien ambos países lo negaron.


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