El Departamento de Estado estadounidense ha denunciado este sábado la «escalada de las hostilidades» en este de República Democrática del Congo (RDC) como consecuencia de las actuaciones del Movimiento 23 de Marzo (M23) y ha acusado a Ruanda de respaldar a este grupo rebelde.
«Estados Unidos condena enérgicamente el empeoramiento de la violencia en el este de la República Democrática del Congo (RDC) causado por las acciones del grupo armado M23, respaldado por Ruanda y sancionado por Estados Unidos y la ONU, incluidas sus recientes incursiones en la ciudad de Sake», ha expresado el portavoz del Departamento, Matthew Miller, en un comunicado.
Miller ha lamentado que el incremento de la violencia en el país se ha traducido en un riesgo creciente «para millones de personas que ya estaban expuestas a abusos contra los Derechos Humanos, incluidos desplazamientos, privaciones y ataques».
En este sentido, el representante de Estado ha reiterado que «Estados Unidos condena el apoyo de Ruanda al grupo armado M23» y ha lanzado dos peticiones encaminadas a reducir tensiones y asentar las bases de una paz duradera en RDC.
Por un lado, ha demandado al M23 que «cese inmediatamente las hostilidades y se retire de sus posiciones actuales en torno a Sake y Goma y de conformidad con los procesos de Luanda y Nairobi». Por el otro, ha instado a Ruanda a sacar «inmediatamente» a todo el personal de sus Fuerzas de Defensa que se encuentra en República Democrática del Congo, así como a retirar sus sistemas de misiles tierra-aire, que «amenazan las vidas de civiles, de la ONU y de otras fuerzas de paz regionales, actores humanitarios y vuelos comerciales» en el este del país.
Miller ha recordado que EEUU sigue «apoyando los esfuerzos diplomáticos regionales que promueven la reducción de las tensiones y crean las condiciones para una paz duradera» en el país y ha aprovechado la nota para hacer un llamamiento al Gobierno de RDC para que «continúe apoyando las medidas de fomento de la confianza».
«Es esencial que todos los Estados respeten la soberanía y la integridad territorial de los demás y responsabilicen a todos los actores por los abusos contra los Derechos Humanos en el conflicto en el este de la República Democrática del Congo», ha sentenciado, apeando «a todas las partes a participar de manera constructiva para alcanzar una solución negociada».