Repsol obtuvo un beneficio neto de 366 millones de euros en el primer trimestre del año, lo que representa una caída del 62,2% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, impactado por el contexto geopolítico, un escenario marcado por la volatilidad y los menores precios del crudo y márgenes de refino y química.
El resultado neto ajustado del grupo, que mide específicamente la marcha de los negocios, alcanzó los 651 millones de euros a marzo, un 48% inferior a los 1.267 millones de euros del mismo periodo del año pasado.
En el periodo, Repsol profundizó en su estrategia de rotación y optimización de activos, alcanzando el objetivo de los 700 millones de euros en desinversiones, dando entrada a socios en carteras de exploración y producción y renovables.
Entre estas operaciones, destaca la ‘joint venture’ con NEO Energy para integrar los activos de exploración y producción en Reino Unido y la entrada de Schroders Greencoat y Stonepeak en sendos portafolios renovables en España y Estados Unidos.
El flujo de caja de las operaciones durante el primer trimestre de 2025 ascendió a 1.142 millones de euros, compensando parcialmente inversiones, intereses, el dividendo de enero y la adquisición de acciones propias bajo el actual programa de recompra de acciones de Repsol. Esta cifra fue inferior en 220 millones de euros respecto a la del mismo periodo de 2024. Por su parte, las inversiones netas de enero a marzo se situaron en torno a los 1.000 millones de euros.
La deuda neta del grupo al final del primer trimestre se situó en 5.830 millones de euros, 822 millones de euros superior a la del final del cuarto trimestre de 2024, y el ratio de apalancamiento del grupo se situó en 16,9%, frente al 14,7% al final del cuarto trimestre de 2024. Así, el ratio de apalancamiento excluyendo arrendamientos se situó en 5,9%.
En lo que respecta a los dividendos, Repsol mantiene su compromiso de retribución creciente al accionista. En enero abonó 0,475 euros brutos por acción y propondrá a la junta general de accionistas la aprobación de dividendos de 0,50 euros brutos por acción para distribuir en julio de 2025 y enero de 2026, respectivamente. También ha puesto en marcha un programa de recompra con el objetivo de amortizar acciones, anunciado en febrero.
La energética apuntó a un «escenario ácido» para lo que resta de año 2025, en los que prevé unos precios a la baja, con un Brent a 65 dólares el barril; un Henry Hub a 3.5 dólares/Mbtu y un margen de refino de 4 dólares por barril.
A pesar de ello, indicó que mantiene sus compromisos incluso bajo este escenario adverso de un flujo de caja de las operaciones de entre 5.500-6.000 millones de euros; así como unas inversiones netas de 3.000- 3.500 millones de euros, considerando en torno a 2.000 millones de euros de desinversiones y rotación del portafolio y asumiendo una flexibilidad inversora de alrededor de 500 millones de euros.
Además, el grupo dirigido por Josu Jon Imaz afirmó que mantiene una remuneración al accionista de entre el 30%-35% del flujo de caja de las operaciones.