Rousseff abandona el ostracismo y se da un baño de multitudes en los actos del nuevo gabinete de Lula

Rousseff abandona el ostracismo y se da un baño de multitudes en los actos del nuevo gabinete de Lula

Una de las imágenes que ha dejado el retorno de Luiz Inácio Lula da Silva a la Presidencia de Brasil ha sido la vuelta paulatina de la expresidenta Dilma Rousseff a la primera plana de la escena política del país, después de varios años de ostracismo y baja popularidad impuestos por su juicio político en 2016.

Rousseff es uno de los rostros más reconocibles de todos los actos que se han sido celebrando después de que se confirmara el triunfo de Lula da Silva en la segunda vuelta del 30 de octubre, llegando incluso a ser ovacionada en las toma de posesión de los nuevos ministros a los que ha acudido.

Un gesto que en Brasil se entiende como una suerte de reconocimiento tras los malos momentos que pasó hace unos años tras su abrupta salida de la Presidencia de Brasil, con algunos antiguos rivales políticos reconociendo haberse equivocado al votar a favor de aquel juicio político.

«Su presencia aquí en este acto, como fue recibida, es una reparación histórica de las injusticias que sufrió», dijo el pasado lunes el ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha, en su toma de posesión, mientras se escuchaban loas a Rousseff y abucheos hacia uno de los más activos en aquel juicio político, el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira.

El martes fue el nuevo secretario de Comunicación Social, Paulo Pimenta, quien se manifestó en términos parecidos al asumir el cargo y denunció que Rousseff fue víctima de una «injusticia histórica». Palabras que agradeció mostrando la expresidenta que afirmó sentirse «muy conmovida».

La figura de Rousseff ha sido reconocida y aplaudida incluso en aquellas ceremonias de investidura a las que no acudió, como la del ministro de Asuntos Exteriores, Mauro Vieira — que ya estuvo en su gobierno en la misma cartera–, quien recordó aquel juicio político como un «doloroso proceso que dejó marcas».

Desde que Rousseff apareció como cara visible en la campaña de Lula da Silva siempre s especuló si tendría algún puesto en el nuevo gabinete. Si bien el ya presidente brasileño descartó tanto su presencia como la de otros «históricos», a lo largo de estos meses se ha tenido que desdecir de otras declaraciones pasadas.

Así, desde la dirección del Partido de los Trabajadores (PT), tal y como apuntan medios brasileños, hay partidarios de que Rousseff pueda ser nombrada embajadora brasileña en Portugal o Argentina, aunque también existe el temor de que la iniciativa sea tumbada por el Senado, que se encarga de aprobar estas nominaciones.


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