El Gobierno de Ruanda ha acusado este domingo al Gobierno de República Democrática del Congo (RDC) de amenazar su seguridad nacional por sus «masivas operaciones» en la región congoleña de Kivu Norte contra el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), que según Kinshasa está apoyado por Kigali, aunque este último lo niega.
«RDC ha lanzado operaciones de combate masivas en Kivu Norte, contraviniendo las decisiones de los mecanismos regionales, y tiene el claro objetivo de expulsar al M23 y a los civiles tutsis congoleños a los países vecinos (…) El discurso de odio y el cruel tribalismo se han convertido en la moneda de cambio de la política congoleña bajo la Administración de Félix Tshisekedi, y la discriminación étnica y las detenciones y asesinatos selectivos se han convertido en rutina», reza un comunicado del Ministerio de Exteriores ruandés.
Así, Ruanda ha vuelto a asegurar que las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) –un grupo armado rebelde fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de 1994 en Ruanda– están integradas «totalmente» en las Fuerzas Armadas de RDC, recordando también las «repetidas amenazas» de Tshisekedi y de altos cargos militares de intervenir militarmente en el país para cambiar el Gobierno «por la fuerza».
«Estos hechos representan una grave amenaza para la seguridad nacional de Ruanda. Debido a ese riesgo creciente, la posición de Ruanda es que la cuestión del M23 debe resolverse políticamente entre los congoleños. No se aceptará que el problema se externalice a Ruanda, por la fuerza, una vez más», continúa la misiva.
En ese sentido, las autoridades ruandesas han expresado que, como el apoyo de RDC a las FDLR es una cuestión política estatal y no de actores individuales, tomarán «cualquier medida legítima» para defenderse de los mismos, por lo que han pedido su desmovilización y repatriación como un «requisito no negociable» para proteger su integridad territorial.
Además, ha responsabilizado a las autoridades congoleñas de los «30 años de inestabilidad y conflicto» en la región de los Grandes Lagos por no «proteger» los derechos y las vidas de los tutsis congoleños, que han vivido como refugiados «olvidados» en la zona.
INDIFERENCIA INTERNACIONAL Y CRÍTICAS A EEUU
Kigali también ha mostrado su preocupación por la «indiferencia internacional» y por el abandono de los procesos de Luanda y Nairobi por parte de Kinshasa, y es que el presidente congoleño ha rechazado en numerosas ocasiones negociar tanto con las autoridades ruandesas como con el M23 por ocupar territorios de RDC.
Asimismo, ha acusado a Estados Unidos de «distorsionar la realidad» después de que Washington haya mostrado su apoyo a Kinshasa y acusase a Ruanda de respaldar al M23. También demandó a Kigali la retirada del personal de sus Fuerzas de Defensa en territorio congoleño.
«La nota emitida por el Departamento de Estado (…) distorsiona fundamentalmente estas realidades, y entra en contradicción desconcertante con la sustancia y el tono del proceso de fomento de la confianza iniciado por el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos en noviembre de 2023, que creó un marco productivo para la desescalada», ha asegurado el ministerio, que pone en entredicho la capacidad estadounidense de mediar «de forma creíble» en la región.
MEDIACIÓN DE ANGOLA
Por último, Ruanda ha mostrado su agradecimiento al presiente de Angola, Joao Lourenço, por sus «incansables esfuerzos» de mediación junto a otros líderes regionales. El mandatario angoleño se ha reunido este fin de semana, en el marco de la Cumbre de la Unión Africana, tanto con Tshisekedi como con el presidente ruandés, Paul Kagame, con la intención de retomar la vía del diálogo, según ha publicado el portal congoleño 7sur7.
Las tensiones entre ambos países han escalado en los últimos meses, especialmente después de que el Ejército de Ruanda asegurase en enero haber matado a un militar de RDC después de que tres soldados «cruzaran la frontera» y de que uno de ellos abriera fuego contra una patrulla situada en la zona. El sábado, el Ejército congoleño acusó al de Ruanda de atacar el aeropuerto de Goma con aviones militares, un incidente que no se ha saldado con víctimas.