El expresidente de Rusia y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad del país, Dimitri Medvedev, ha asegurado este viernes que el país no dudará en responder si Ucrania hace uso de armas suministradas por países de Occidente para atacar territorio ruso, tal y como han venido sugiriendo esta semana los aliados de Kiev, que han abierto la puerta a que el armamento entregado sea utilizado más allá de las fronteras ucranianas.
Medvedev ha alertado de que si «aprueban el uso extendido de estas armas sobre territorio ruso» deben tener en cuenta que «todo ese material militar será destruido, tal y como ha sucedido en el territorio ucraniano». No obstante, ha afirmado que Moscú ya da por hecho que «todo el armamento de largo alcance de Ucrania está directamente controlado por el personal militar de los países de la OTAN».
«No se trata de una asistencia militar más, sino de una participación en la guerra que se libra contra nosotros. Y estas acciones podrían constituir un casus belli. La OTAN tendrá que decidir cómo calificar las consecuencias que pueden acarrear estas medidas y la repercusión sobre el equipamiento, instalaciones y militares de estos países», ha dicho en un comunicado difundido a través de su cuenta de Telegram.
En este sentido, el liderazgo de la OTAN «pretende que hablemos de decisiones soberanas por parte de países individuales que apoyan al régimen de Kiev y que no existe razón alguna para aplicar el tratado de defensa colectiva de 1949». «Estas ideas son peligrosas. Esta clase de ayuda individual por parte de países de la OTAN contra Rusia (…) supone una grave escalada del conflicto y todos ellos recibirán una respuesta que hará que no puedan evitar ser arrastrados a la guerra», ha puntualizado.
«El uso de armas nucleares tácticas también puede registrar errores de cálculo, aunque esto sería un error fatal. Como ha dicho el presidente de Rusia, los países europeos tienen una gran densidad de población. Y para aquellos países enemigos cuya tierra está más cerca, desde luego existe un potencial estratégico», ha advertido.
No obstante, ha descartado que sus palabras constituyan una amenaza de ataque nuclear. «El conflicto militar actual con Occidente se está desarrollando de acuerdo al peor escenario posible. Existe un constante aumento de la tensión en relación con las armas de la OTAN, por lo que nadie puede descartar que esto lleve al conflicto a su estado final», ha puntualizado.