Rusia ha afirmado que no ha recibido ninguna propuesta por parte de Ucrania para la creación de una zona desmilitarizada en el frente, supervisada por un despliegue de potencias occidentales, de cara a un posible alto el fuego en territorio ucraniano.
«No hemos escuchado ni una sola declaración en este sentido desde Kiev», ha subrayado este miércoles el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, en declaraciones a la agencia de noticias TASS después de las recientes palabras del enviado especial de la Casa Blanca para Rusia y Ucrania, Keith Kellogg.
Kellogg aseguró en la víspera en una entrevista con la cadena de televisión estadounidense Fox News que Kiev está dispuesta a establecer una zona desmilitarizada en el frente que cuente con el despliegue de fuerzas occidentales «al oeste del río Dniéper».
«Lo que básicamente han dicho es: ‘Nosotros retrocedemos 15 kilómetros, ustedes retroceden 15 kilómetros’. Así se podrá tener una zona (desmilitarizada) de 30 kilómetros que se puede observar y determinar si hay algún tipo de intrusión», explicó.
En este sentido, planteó que sería «muy difícil» reanudar los combates en dichas circunstancias. «Creo que todos se quedarán de brazos cruzados y dirán: ‘Gracias, por fin salimos de esto’. Y el único que puede lograrlo es Donald J. Trump», aseveró.
No es la primera vez que Kellogg plantea el establecimiento de una zona desmilitarizada. El enviado de Trump aseguró en una entrevista con el diario británico ‘The Times’ a mediados de abril que la fuerza occidental –liderada por un combinado franco-británico– «no sería en absoluto» una provocación para Moscú.
«Sería una zona de exclusión bastante fácil de supervisar. ¿Habría violaciones del alto el fuego? Sí. Siempre las hay, pero sería fácil de controlar», estimó, aludiendo a que el territorio ucraniano es lo suficientemente grande como para albergar un despliegue internacional para reforzar un posible alto el fuego.
No obstante, matizó entonces que esta propuesta de zona desmilitarizada no supondría una «partición» de Ucrania, sino que únicamente representaría una «zona de responsabilidad por parte de una fuerza aliada y sin participación de Estados Unidos».