Sainz: "Me sorprende que el Dakar no anime a las marcas vía reglamento a ir hacia la sostenibilidad"

Sainz: «Me sorprende que el Dakar no anime a las marcas vía reglamento a ir hacia la sostenibilidad»

«No queda mucho para que me retire, pero no se cuándo va a ser».

El piloto español Carlos Sainz (Audi) no quiso este martes «polemizar» con el reglamento del Rally Dakar para vehículos con motorización eléctrica, como su RS Q e-tron E2, que deberá pesar 100 kilos más que el resto, y aunque le sorprende que «no se anime vía reglamento a las marcas a ir hacia la sostenibilidad», no esconde que poseen un coche para «luchar» por una prueba cuyo «ADN sigue intacto» y del que desea que no sea «una gymkana» en la navegación.

«El coche es un ‘copia-pega’ en el buen sentido. Pesa 90 kilos menos, pero por reglamentación llevaremos 100 más que los demás. Es difícil entender que nosotros vayamos con 2.100. No animar vía reglamento a las marcas a ir hacia ese camino de la sostenibilidad con ciertas ayudas me sorprende», afirmó Sainz en la presentación de su proyecto para el Dakar 2023, con su copiloto, Lucas Cruz.

El madrileño, campeón de tres Dakar (2010, 2018 y 2020), valoró en varias ocasiones este asunto, aunque insistió en que no quiere «polemizar con la reglamentación». «Es un coche muy complejo tecnológicamente, Audi ha sido muy valiente al ponerlo en una carrera tan complicada como el Dakar. Es como ciencia ficción. Es un reto tecnológico brutal y eso hace que sea especial. Quien me iba a decir a mí hace 40 años que iba a utilizar esta tecnología», agregó.

«Tenemos un coche para luchar por la carrera. No considero a Audi favorita, favorito es el campeón del año pasado, pero podemos luchar por la carrera», expresó Sainz, que apostaría por Audi como vencedor «porque es un gran equipo, con tres pilotos y tres copilotos muy capaces de ganar la carrera». «Pero no es fácil ganarlo, hay que hacer un equipo de confianza», añadió.

El piloto de 60 años se mostró «animado, contento y con muchas ganas» de este Dakar 2023, después de una última edición a la que llegó «muy justo, sin ninguna carrera, con muchas preguntas y muchas dudas». «El rally salió mucho mejor de lo que pensábamos. Ahora estamos con menos dudas y deseando que llegue ya el día», comentó sobre la prueba, que comienza el 31 de diciembre.

«Los test han ido bien, el coche se ha comportado bien, está muy a mi gusto. En el Rally de Marruecos, cuando analizas los tiempos, nosotros no éramos los más rápidos, pero ya íbamos con 30kw menos, los que tendremos en el Dakar. No creo que molestemos, pero no sé hacia donde va a nivel de reglamentación», señaló.

Además, abordó el famoso asunto con el ‘waypoint’ escondido que no pudo alcanzar en la edición pasada, como el «90 por ciento» del resto de coches. «Los ‘waypoints’ escondidos son nuevos en los últimos años para tratar que pasen cosas. Si no está muy bien elegido, al estar escondido, a veces lo ponen en una pista muy poco marcada y es imposible. No es que no lo cojamos nosotros, es que es difícil cogerlos», explicó.

«Que hayan introducido estos ‘waypoints’ no quiere decir que estamos dando ‘vueltecitas’. El ADN del Dakar sigue intacto y este año será muy duro. Confío en que este año sea una navegación lógica y no estemos hablando de una gymkana», reflexionó.

Sobre la preparación física, el madrileño afirmó que para él «es fácil de entender». «Ya tienes experiencia y sabes lo que te vas a encontrar. Prefiero sufrir aquí y hacer los deberes en casa antes de ir para allá», puntualizó.

«Según cumples años, la preparación y la motivación cuestan más, pero tienes que tener disciplina. No es un mérito, es mi obligación. Si Audi confía en nosotros es porque podemos hacer las cosas bien y para eso tenemos que estar preparados», recalcó el bicampeón del mundo de rallys, al que la edad todavía no parece frenar. «No queda mucho para que me retire, pero no se cuándo va a ser», declaró.

En cuanto a los rivales, Sainz confesó que el catarí Nasser Al-Attiyah «es un tío muy simpático, pero a la hora de competir hace lo que haga falta para ganar». «Tiene otro tipo de filosofía distinta a la que puedo tener yo. Atiza al que lleve al lado, y luego se monta su película. Es un gran piloto y uno de los grandes favoritos, esas cosas no le harían falta. Se pone el casco y se le va un poco la olla, le falla eso», advirtió.

«Que Sebastian Loeb gane el Dakar es cuestión de tiempo, pero no es algo fácil, si no lo ganaría mucha gente. Ya llevamos muchos años peleando los mismos por ganar», sentenció el español sobre el piloto francés.

LUCAS CRUZ: «SERÁ UN DAKAR DIFERENTE AL QUE ESTAMOS ACOSTUMBRADOS»

Por su parte, el copiloto de Carlos Sainz, Lucas Cruz, espera «una carrera diferente» a la que están «acostumbrados». «Hay una primera semana en la que las especiales serán largas, con hasta 460 kilómetros, que no tendrán descanso a mitad de etapa y donde no sabremos si el ritmo es bueno hasta el final», detalló.

«En la segunda semana, estará la etapa maratón y las especiales serán largas pero lentas, así que tendremos que ser estables y plantearlas de otra manera. Los tres o cuatro días de arena serán claves», añadió el catalán.

Este celebró que el coche se sienta «a gusto en la arena porque es más ágil que la versión anterior y necesita menos esfuerzo de frenada», mientras que considera «una incongruencia y un poco ilógico poner puntos escondidos en desierto abierto». «Se pueden generar rumbos nuevos y pistas nuevas», indicó.


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