El canciller de Alemania, Olaf Scholz, ha pedido a los agricultores del país que hagan un ejercicio de moderación en sus protestas contra el recorte de los subsidios al combustible, que han colapsado buena parte de las carreteras del país durante la última semana.
El Gobierno alemán planea eliminar este subsidio al diésel agrícola tras 70 años en vigor, pero la respuesta de los agricultores ya ha provocado que las autoridades se hayan decantado por una eliminación gradual que culminará dentro de tres años.
Se espera que este próximo lunes miles de agricultores marchen por la capital, Berlín, en el apogeo de estas manifestaciones.
En este sentido, Scholz ha llamado a la calma e indicado que «si estas quejas legítimas desembocan en actos de rabia o de falta de respeto al proceso democrático, vamos a perder todos».
Scholz también ha expresado su preocupación ante la sospecha de que estas manifestaciones están alimentadas por «extremistas» que, «gracias a su extraordinario alcance en las redes sociales», están «envenenando todo el debate democrático».
Con todo, y según una encuesta de la radiotelevisión pública alemana ZDF, un 68 por ciento de los alemanes se han puesto del lado de los agricultores, si bien un 30 por ciento cree que están comenzando a llegar demasiado lejos. Solo un 32 por ciento respalda el final de los subsidios.
También el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, ha pedido un esfuerzo de conciliación para acercar posturas en una entrevista con el diario ‘Suedeutsche Zeitung’.
«En la situación actual, creo que es urgentemente necesario entablar conversaciones personales», ha declarado Steinmeier antes de aducir que «las protestas son legítimas, pero la falta de diálogo entre el Gobierno federal y los agricultores perjudica a todos los implicados».