El fabricante checo Skoda ha presentado este miércoles el primer modelo eléctrico de la marca, el Skoda Elroq, disponible desde 33.900 euros con el que el grupo automovilístico Volkswagen trata de hacer frente a la caída de la demanda en Europa y la creciente competencia procedente de China.
Este SUV, disponible con baterías de hasta tres tamaños diferentes y carga rápida «cambiará las reglas del juego» en el impulso del grupo hacia la transición eléctrica gracias a su «precio competitivo», tal y como ha asegurado el consejero delegado de Skoda, Klaus Zellmer.
La compañía espera que el Elroq ayude a impulsar las ventas en Europa. Equipado con cámara de visión trasera, pantalla de infoentretenimiento de 13 pulgadas y asistente de voz digital impulsado por ChatGPT, este vehículo cuenta con una autonomía de más de 560 kilómetros en una sola carga.
En concreto, las tasas de carga de hasta 175 kilovatios en las estaciones de carga rápida de corriente continua permiten que la batería de 82 kWh del Elroq 85x y del Elroq 85 de tracción trasera se recargue del 10% al 80% en 28 minutos. Las baterías más pequeñas del Elroq 50 y el Elroq 60 de tracción trasera pueden cargarse aún más rápido, en 25 minutos o menos, tal y como puntualiza la compañía.
El vehículo ya está disponible para encargos y Skoda avanza que las entregas comenzarán en el primer trimestre de 2025.
ESPERANZAS EN SKODA
Volskwagen confía parte de su estrategia de recuperación de cara a los próximos años en Skoda. La marca, que produce en países de bajo coste como la República Checa y China, registró un aumento de las ventas de hasta el 9% en Europa durante el pasado mes de agosto y ahora espera que India pueda ser el próximo mercado donde incrementar sus ventas gracias al repunte de la demanda en el continente asiático.
En cualquier caso y mirando a Europa, esta situación de bonanza más allá del Viejo Continente contrasta con la crisis de ventas de la matriz que valora cerrar hasta dos plantas de producción en Alemania mientras negocia con los trabajadores el futuro de la compañía.
Además, el pasado viernes el grupo Volkswagen volvió a rebajar sus previsiones financieras advirtiendo de «más riesgos» ante la caída de ventas. En concreto, la automovilística recortó hasta los nueve millones su previsión de venta de automóviles para 2024 y espera que los ingresos del grupo ronden los 320.000 millones de euros, un 0,06% menos que hace un año, pero sustancialmente más bajos que el repunte de cinco puntos porcentuales que esperaba registrar a cierre de ejercicio.
Ahora estima que el resultado operativo se sitúe en torno a los 18.000 millones de euros, esto es, un ratio sobre las ventas del 5,6%, lejos de la horquilla prevista para el ejercicio de entre el 6,5% y 7%.
En este contexto, Volkswagen espera que el flujo de caja neto de su división de automóviles alcance los 2.000 millones de euros, lejos de la horquilla de entre 2.500 y 4.500 millones de euros previstos hasta el momento. Las nuevas estimaciones incluyen la asunción de gastos por fusiones y adquisiciones valoradas en 3.500 millones de euros, de los que aproximadamente 2.000 millones de euros son atribuibles a los gastos relacionados con la ‘joint venture’ que tiene previsto poner en marcha el grupo con la estadounidense Rivian.
Al tiempo, advertía de que la liquidez neta del segmento de automóviles se situará entre los 36.000 millones y 37.000 millones de euros, dos millones por debajo de las previsiones vigentes hasta ahora.