El ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, ha subrayado que su Gobierno sigue «comprometido» con el plan para recluir a unos 500 migrantes y refugiados en un barco atracado en Dorset, después de que una alerta por un posible brote de legionella complicase el inicio de un programa que ya venía precedido de polémica.
Las autoridades británicas habían comenzado a instalar en el barco a los primeros migrantes –cerca de 40– cuando se vieron obligadas a sacarlos de nuevo. A su vuelta de vacaciones, Sunak ha evitado aclarar este martes si fue informado de esta alerta sanitaria a bordo del ‘Bibby Stocholm’.
«Lo que ha ocurrido en este caso es que seguimos todos los procedimientos para garantizar la salud y el bienestar de las personas», ha explicado Sunak ante los medios, en unas declaraciones en las que ha vuelto a defender esta iniciativa como «alternativa» a la reubicación de migrantes en hoteles, más cara.
El ‘Bibby Stocholm’ es el primer escenario de un plan para repartir a unas 3.000 personas en alojamientos distintos a los hoteles –desde barcos a bases militares– y forma parte de una política con la que Reino Unido quiere por una parte reducir los inmigrantes que llegan a sus costas y, por otra, acelerar las expulsiones.
Más de 500 personas llegaron sólo el sábado a territorio británico tras cruzar el canal de la Mancha, aunque los mensajes y políticas de Sunak y su Ejecutivo se han topado con las dudas y las críticas de las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, incluida la ONU.