El primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, ha llamado a reforzar la política migratoria británica con un sentido de «urgencia» y confía en poder iniciar los vuelos de deportación de migrantes a Ruanda «en cuanto sea posible en términos prácticos», sin poner una fecha concreta.
Sunak, que ha comparecido ante los medios un día después de que la Cámara de los Comunes aprobase la ley que teóricamente da luz verde a estos vuelos, ha afirmado que «ahora depende de la Cámara de los Lores» dar también el visto bueno y hacerlo sin enmiendas, lo que retrasaría la tramitación.
En este sentido, ha señalado que ha sido «muy claro» al exponer que esta cuestión es una de las prioridades de su Gobierno, que en noviembre vio como el Tribunal Supremo tumbaba una iniciativa anterior y dejaba en el aire una de las medidas estrella de Londres en materia migratoria.
El golpe judicial derivó en la negociación de un nuevo tratado con Ruanda. Se hizo «en cuestión de semanas», como ha subrayado el ‘premier’ británico, que ha aludido a esta celeridad como ejemplo de que quiere concluir todo el proceso «lo antes posible», informa la BBC.
«Recuperar el control de las fronteras» o «combatir a los traficantes de personas» son dos de los grandes cometidos fijados por el jefe del Gobierno británico. «Tenemos un plan y este plan está funcionando», ha sentenciado.
Así, ha afirmado que el descenso de las llegadas de migrantes en el canal de la Mancha «no ha ocurrido por accidente», si bien prácticamente al mismo tiempo que él comparecía el Ministerio del Interior ha confirmado que sólo el miércoles se registraron otras 350 llegadas más a la zona sur de Inglaterra.
Desde el año 2014, más de 230 personas han muerto intentando llegar de Francia a Reino Unido, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que tiene registradas en sus estadísticas cinco víctimas mortales en lo que va de 2024.
PROBLEMAS INTERNOS
La negociación y tramitación del nuevo proyecto de ley sobre migración ha evidenciado las grietas en el seno del Partido Conservador, abanderadas por representantes del ala más dura que creen que Sunak debería ser más ambicioso.
Pese a las críticas públicas planteadas por algunos de estos ‘tories’, el primer ministro ha esgrimido este jueves que su formación está «completamente unida» en la idea de «parar los barcos» en el canal de la Mancha.
Uno de los puntos de fricción gira en torno a los recursos legales que ya se anticipan sobre la nueva ley, ya que fue el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) quien frenó en junio ‘in extremis’ que pudiese despegar el primer vuelo. Sunak ha alegado que no permitirá que tribunales extranjeros dicten las políticas internas y ha abierto la puerta a ignorar ciertos dictámenes.