Ha pasado un mes desde que Tamara Falcó (41 años) e Íñigo Onieva (34 años) se dieran el ‘sí, quiero’ en una multitudinaria boda celebrada en la finca El Rincón ante más de 400 invitados. Una fiesta que duró tres días y con la que los protagonistas pusieron el broche de oro a su historia de amor tras meses de incertidumbre.
Sin poder ocultar su felicidad y presumiendo de su nuevo título de casados, dieron comienzo a una lujosa luna de miel, un viaje de ensueño solo apto para unos pocos afortunados. «Pocas cosas nos gustan tanto a Íñigo y a mí como viajar», escribía la marquesa de Griñón en redes sociales destapando el destino que habían elegido: Sudáfrica.
Tras una primera parada en Ciudad del Cabo, los recién casados se trasladaron hasta el Parque nacional Kruger, la reserva de animales más importante del Sur de África. Allí vivieron en una auténtica película al poder ver desde cerca la vida salvaje de leones, cebras, jirafas o hipopótamos, entre otros.
Sin embargo, parece que la luna de miel está llegando a su fin. Al menos es lo que se entiende del último mensaje que Tamara Falcó ha publicado en redes sociales. La marquesa de Griñón ha compartido con sus seguidores un divertido vídeo en el que un grupo de monos se cuelan en su habitación. «Último día despertándonos con estos simpáticos compañeros de cuarto», escribe todavía desde Sudáfrica.
Durante esta segunda etapa del viaje, el matrimonio se ha alojado en la Sabi Sabi, una exclusiva reserva de caza privada cuyo precio supera los 1.000 euros/noche. La amplia habitación tiene acceso directo al parque lo que hace que los animales puedan colarse con total libertad.
Lo que es un misterio es si el matrimonio volverá a casa o cambiará de destino. Cabe recordar que hace solo unos días, Íñigo Onieva revelaba por error las últimas búsquedas que había hecho con su teléfono móvil y allí se pudo leerThe Brando, un hotelazode cinco estrellas en mitad de un paraíso volcánico y arrecifes de coral ubicado en la Polinesia francesa.
Buceo entre tiburones y puenting: Los planes extremos de Íñigo Onieva durante su luna de miel en Sudáfrica
Como un grupo de turistas más, Tamara e Íñigo han disfrutado durante estas intensas semanas de las actividades más populares de la zona: desde el avistamiento de ballenas, al buceo entre tiburones y puenting en plenas cataratas Victoria. ¡El empresario se atreve con todo!
Sin embargo, el miedo ha hecho que la marquesa de Griñón haya preferido ver las pericias de su marido desde la distancia. Eso sí, ambos están de acuerdo en que todo lo que han vivido en África no lo olvidarán jamás. «Nunca imaginé que pudiera ser tan bonito», escribía hace unas horas en un breve balance de lo que ha sido un intenso mes de aventura.
Los planes de Tamara Falcó e Íñigo Onieva de ser padres pronto
Tamara Falcó nunca ha ocultado su deseo de ser madre con Íñigo Onieva, un sueño que comparte con el empresario. «Después de habernos casado, lo que nos hace ilusión es tener hijos. Pero cuando vengan…», revelaba el empresario unos días después de la boda dejando la puerta abierta a una inminente paternidad.
Lejos de quedarse ahí, el joven iba a más al revelar que su sueño sería tener tres hijos. «Me gustaría tener una familia ni muy pequeña ni muy grande porque se complica la logística de viajar, moverte… Tres es el número perfecto», zanjaba con su característica sonrisa. Para ello, la marquesa de Griñón ya se ha puesto manos a la obra y se ha sometido a un tratamiento de fertilidad «natural» que responde al nombre de Fertilitas. Una alternativa a la reproducción asistida que «busca las causas de la infertilidad de la pareja para intentar solucionarlas con los tratamientos médicos».